La Contracultura es un concepto acuñado en la costa oeste de EEUU para definir todo el movimiento surgido en torno a la música rock, que revolucionó todo el panorama cultural en la década de 1960. Generó un movimiento alternativo a la cultura oficial, que poco a poco fue cogiendo fuerza, hasta la siguiente década, en la que surgió (esta vez en la costa este) lo que se vino a denominar el Movimiento Underground. El Underground fue la repuesta natural a la institucionalización que había sufrido la Contracultura al hacerse más popular, pero en realidad era la lógica evolución del mismo movimiento alternativo.
Todos estos movimientos alternativos, aunque surgieron de la música rock, incluyeron todas las disciplinas artísticas: pintura, fotografía, cine, performance, literatura, etc. Pero fue el cómic el que desde el principio hizo un camino paralelo junto a la música, con la irrupción en la década de 1960 de artistas como Robert Crumb, Richard Corben, Rick Griffin, Gilert Shelton o Dave Sheridan. Este boom del cómic alternativo, al que llamaron Comix, fue lo que popularizó el fenómeno Fanzine (revistas autoeditadas de forma artesanal por fans de ciertos estilos musicales), creando un estilo que en poco tiempo se trasladaría a los grandes grupos editoriales de revistas especializadas.
Hasta ahora el resumen de la intervención del presentador del acto, una leve introducción a lo que el público que abarrotaba la Sala Beat iba a degustar la pasada noche. Los componentes del colectivo Margen Izquierdo regalaron a cada asistente una cinta de cassette con una genial sorpresa dentro: un fanzine musical plegado y metido dentro de la cinta. Solo puedo decir que fue una auténtica genialidad.
Después vino la intervención del grupoModels and Stars, que nos deleitaron con un compendio de canciones propias. Un sonido contundente pero muy limpio, una mezcla de sonidos punk, underground, garaje, e inluso grunge, en la que cada canción tiene entidad propia y no recuerda a la anterior. Completó la fiesta una exposición de fanzines internacionales, nacionales y locales, con ejemplares cedidos por Antonio Zapa, guitarrista del grupo, Santigo Parra y Ángel Vela.
Quizá estos eventos sean un soplo de aire fresco en una ciudad con cantidad de actos culturales cada semana, actos que -en muchos casos- terminan contagiándose de cierta monotonía por su oficialidad y formalidad. La Cultura necesita de la Contracultura para seguir viva, ya que es el combustible que alimenta el motor de la renovación, y en realidad es algo que viene ocurriendo desde el principio de la Historia del Arte. Si en la década de 1960 se le llamó Contracultura, en las primeras décadas del siglo XX se le llamó Las Vanguardias.