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jueves, 19 diciembre
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La calle de las musas

La actual calle Pintor Francisco Carretero es una de las calles de Tomelloso con más arte tras su historia

Aunque en las guías y callejeros viene con el nombre de calle del Pintor Francisco Carretero, según el libro de Ángel Morales Ropero y Vicente Morales Becerra, autores del libro “Historia de las calles de Tomelloso”, el nombre real de dicha calle es calle del Alcalde Carretero. No obstante, la calle en sí ha tenido muchos (como la mayoría de ellas), y en muchos casos no oficial.

Siguiendo con las aportaciones del libros de “los Morales”, esta calle tiene una longitud de casi 260 metros, que va desde la calle Doña Crisanta hasta la calle Independencia. Otros nombres oficiales que tuvo fueron Vereda del soldado, Cristino Martos y España Nueva. Pero el nombre no oficial por el que fue conocida durante décadas fue calle del Infierno. La causa de tal nombre no está clara, pero sí parece evidente que surgió por la fábrica de muebles que a principios del siglo XX montó allí Luis García Giner, el abuelo del escritor Francisco García Pavón, mas o menos frente a los juzgados actuales.

Unos dicen que se llamó así a la calle por el ruido de la primera máquina de vapor de la fábrica, y otros que fue por un incendio que hubo en ella. Sea como fuere, el padre de García Pavón terminó bautizando su empresa como “Muebles el Infierno”. Pero para saber más sobre esta calle ya está el citado libro, pues de lo que hoy quiero hablar es de la relación de esta calle con el Arte, una de las señas de identidad de Tomelloso.

Ya ha surgido el primer nombre, que es el de uno de los más grandes narradores españoles del siglo XX. Francisco García Pavón pasó parte de su niñez entre serrín, tableros y muebles, escuchando los sonidos de las sierras mecánicas y sintiendo los olores de la madera y los barnices. Pero la carpintería de su abuelo, y posteriormente de su padre, no estaba destinada a él, ya que su padre quiso que su brillante hijo fuese a estudiar a Madrid la carrera de Filosofía y Letras, que es la que su hijo eligió. Pavón publicaría una treintena de libros, tanto de relatos como novelas, algo más de una docena de ellas pertenecientes a la serie Plinio, su personaje icónico, un jefe de la policía municipal que resuelve crímenes en la España rural.

No resulta difícil imaginar que el niño García Pavón se cruzara en esa misma calle con dos insignes personajes, los grandes pintores Antonio López Torres y Francisco Carretero. A final de la calle, casi en la esquina con la calle Doña Crisanta, nació en 1902 Antonio López Torres, el primer pintor de una excelente saga que continuaría con su sobrino Antonio López García, como el mayor exponente del arte español del siglo XX. López Torres fue sobre todo un paisajista obsesionado con la luz de la Mancha, algo influido por Sorolla, y en las ultimas décadas de su vida pintó los horizontes infinitos de la Mancha, intentando captar la atmósfera y la luz.

Donó casi toda su obra a su ciudad natal donde tiene su museo muy cerca de esta calle que le vio nacer, en el que se puede contemplar la gran mayoría de su obra. En su juventud, Antonio López García pasaba muchas horas dibujando en la casa de su tío, y hay varios trabajos suyos de el interior de esa casa.

En el número 8 de la calle que ahora lleva su nombre construyó su casa allá por la década de 1930 Francisco Carretero Cepeda (1879-1962), el pionero de la larga lista de artistas plásticos de nuestra ciudad. Nacido en el seno de una familia labradora, de la que era el primogénito, desde muy joven se dedicó a las labores de la tierra, y de esta manera apenas pudo asistir de niño a la escuela. No obstante, muy pronto sintió vocación por los pinceles siendo, por tanto, claro ejemplo de pintor autodidacta según reconocería él mismo, aunque la mayoría de su producción pictórica es posterior a la contienda civil. Hombre muy trabajador, llegó a convertirse en un gran especialista en viticultura. Además, fue elegido en varias ocasiones alcalde de Tomelloso, de 1918 a 1923 y de 1929 a 1931.

Al parecer la calle se llama realmente calle Alcalde Carretero, porque hasta hace relativamente poco tiempo a Francisco Carretero se le recordaba como un gran alcalde, y su faceta de pintor era más desconocida por la mayoría. Sin embargo, Carretero ya está entre los grandes artistas del siglo XX y el Museo del Prado cuenta con varias obras suyas.

La casa de Francisco Carretero fue adquirida por el Ayuntamiento de Tomelloso en la década de 1990 y se rehabilitó para ser utilizada primero como escuela de música, después como sede de la Universidad Popular y actualmente es la sede de la UNED de Tomelloso.

Cuando paseemos por esta emblemática calle, recordemos a todos esos nombres que también la transitaron a diario e imaginemos que quizá ahí también tuvieron su residencia eventual las Musas.

Manuel Buendía Pliego
Manuel Buendía Pliego
Persona inquieta y multidisciplinar. Artista plástico, profesor de dibujo y acuarela, diseñador, gastrónomo, y escritor aficionado. Ha publicado en distintos medios digitales varios relatos, también ha publicado un libro de microrrelatos junto a Carlos Naranjo, y está trabajando en varios proyectos editoriales.
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