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Dos retratos familiares de Antonio López entran al Museo Reina Sofía por 350.000 euros

La compra de los cuadros 'Sinforoso y Josefa' (1955) y 'Antonio y Carmen' (1956) ha sido realizada por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio

El Ministerio de Cultura ha adquirido dos obras de Antonio López por valor de 350.000 euros, procedentes de una colección particular, que ha depositado en el Museo Reina Sofía, tal y como han confirmado fuentes de la pinacoteca.

La compra de los cuadros ‘Sinforoso y Josefa’ (1955) y ‘Antonio y Carmen’ (1956) ha sido realizada por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio. El Museo afirma que esta adquisición contribuye a mejorar la representación de la colección pictórica española de corte realista de los cincuenta en la colección del museo.

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La primera de las obras es ‘Antonio y Carmen’, un retrato de los padres de Antonio López que figura en depósito temporal en el Museo Reina Sofía desde finales de 2013, como apunta la pinacoteca. Su precio negociado de compra ha sido de 175.000 euros. Respecto a la segunda obra, el cuadro ha costado 175.000 euros y es un retrato de sus abuelos, añade la institución.

Ambas obras han estado expuestas en el contexto de la colección del Museo Reina Sofía, que las acogió en depósito temporal para completar el discurso de la sala dedicada al academicismo pictórico y realista en España en la década de los cincuenta. De este momento de formación de López, la colección solo dispone de una sola obra, ‘Los Novios’, fechada en 1955 -adquirida por el Ministerio de Cultura en 1984-.

La compra de los dos cuadros sucede durante los primeros meses del nuevo director del Museo Reina Sofía, Manuel Segade, que se incorporó el pasado junio. Sin embargo, el informe para la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes -responsable de aconsejar la obra al Ministerio- lleva fecha del 19 de octubre de 2021. Posteriormente, la comisión permanente del Patronato dio el visto bueno el 25 de octubre de 2022, dos meses antes de la marcha de Manuel Borja-Villel, según ha adelantado eldiario.es y recoge el informe de adquisición al que ha tenido acceso Europa Press.

Sobre un posible regreso del pintor a las salas del museo, la institución señala que «de momento» las obras ya están en su poder y que «se verá en las próximas presentaciones de colecciones».

Según la valoración que el conservador Salvador Nadales realizó para el Museo Reina Sofía, las obras corresponden a la etapa más temprana de Antonio López, apenas cuando finaliza su formación en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

«En estas obras pictóricas aparecen de modo recurrente sus allegados y los escenarios familiares de su vida. Se trata de una obra figurativa, de larga tradición en el siglo XX, e intimista, detenida en los aspectos más humildes y nimios de la cotidianidad. En efecto, los temas de esos años centrales de la década de los cincuenta están aún muy vinculados al Tomelloso natal de López quien retrata a esas parejas abstraídas, de aire enigmático, que nos remiten a un mundo conocido», explica.

En ambos dobles retratos, el conservador destaca la sensación de tiempo congelado, común en la España más rural de los años cincuenta del siglo XX. «Son retratos de sus antepasados que dialogan adecuadamente con otras obras de la colección de Laffón, o Pancho Cossío, así como también con la obra fotográfica de la generación de Fernando Gordillo, Virxilio Vieitez o Paco Gómez, entre otros», indica Nadales.

ANTONIO LÓPEZ LAMENTABA SU AUSENCIA

El pasado 23 de febrero, el propio Antonio López lamentó que «un siglo» de figuración no está mostrado en el Museo Reina Sofía, en relación a que no se exhiben, no solo obras suyas o de artistas coetáneos a él, sino también las de su tío Antonio López Torres. El pintor se refería a la narración de la colección permanente establecida por le anterior director del museo, Manuel Borja-Villel, que ha sido sucedido por Manuel Segade.

«A mí eso no me gusta, pero como no puedo demostrar el valor de todo eso, es un rollo hablar de todas esas cosas porque está todo contaminado de palabras, expresadas como yo o palabras escritas, es un aburrimiento, yo estoy harto», dijo en tono jocoso en aquel momento. En cualquier caso, dejó claro que la pinacoteca tenía piezas suyas, aunque no las muestre y recordó que sí lo ha hecho en otras etapas de la pinacoteca.

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