Cuenta la leyenda que San Francisco de Asís creó el primer Nacimiento haciendo apostolado por la zona italiana del Lazzio para celebrar la misa de Navidad. Sea cierta la leyenda o no, la tradición de los belenes ha sido una seña de identidad de la Navidad en los países latinos desde hace varios siglos, sobe todo en Italia y España, pero no sería hasta la llegada de Carlos III a nuestro país cuando se popularizó el belén, influenciado por el llamado Belén Napolitano.
En Tomelloso siempre ha habido una gran afición, aunque cada año va perdiendo fuerza, ya que las nuevas generaciones van prefiriendo otro tipo de decoraciones navideñas más foráneas. No obstante aún podemos visitar y ver algunos belenes, como el de tamaño natural de la Plaza de España, el ya famoso belén de las monjitas del asilo, el del Bar el Madrugón, o el del belenista Antonio Ligero Carrasco.
Por supuesto que aún hay muchos particulares que siguen montando su belén en casa para disfrute de los familiares y amigos, y en muchos casos se esmeran con todo tipo de artilugios para crear sensación de movimiento, incluyendo el río con agua.
Además de las figuras del Niño, la Virgen María, San José, los Ángeles y los Reyes Magos, no suelen faltar otras figuras como los pastores, la lavandera, el castillo de Herodes, carpinteros, zapateros, herreros y demás oficios, así como toda clase de animales. Este año hemos tenido dos novedades en el belén de la Plaza de España: La lavandera con su río y el gañán comiendo gachas que ha sustituido al antiguo “caganer”.