Últimamente, cuando estoy rodeado de amigos, madres y padres de otros niños y niñas, y estamos en la zona de atracciones de algún lugar, como puede ser la feria, la fiesta de algún barrio, o en alguna celebración como la Navidad, siempre lanzo la misma pregunta al que me acompaña. ¿Por qué la música está a todo volumen en todas las «cosas de montar»? Encima están pegadas unas a otras, cada uno tiene sus altavoces «a todo meter» y forman unas mezclas de ruido curiosas y muy estruendosas.
Es difícil tener una conversación con los niños, intentar buscar un saludo o advertirles de que tengan cuidado. Igualmente, y por muy pegado que estés, es imposible escuchar al que tienes al lado salvo que le grites al oído. Al final, sales «pitando» a una zona más retirada para poder conversar.
Por eso, si alguien del mundo feriante tiene a bien darnos a conocer el motivo de este hecho, se lo agradeceríamos. No es ni mucho menos una acusación, y por supuesto, no metemos a todos los propietarios de atracciones en el mismo saco, ya que algunos no tienen altavoces o los utilizan de forma más comedida. A lo mejor con la explicación quedamos satisfechos, os entendemos mejor y cambiamos de parecer.
Para otro día nos dejamos el debate (este da para horas) de la calidad de la música que suena en algunos momentos, nada apta para las menudas usuarias de los «cacharritos».