La tasa Arope, que indica el número de personas que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión, descendió un 0,9 % en Castilla-La Mancha durante el año 2022 a comparación con el ejercicio anterior hasta establecerse en el 31,6 %. Estos datos indican que 17.000 castellanomanchegos salieron de esta situación, en la que aún se encuentran 640.000 personas de la región.
Así lo ha explicado este miércoles la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y/o Exclusión Social en Castilla-La Mancha (EAPN-CLM) durante la presentación del XIII Informe ‘El estado de pobreza: seguimiento de los indicadores de la Agenda 2030 UE (2015-2022), en la que han intervenido el presidente regional de EAPN, Adolfo Patón, y el sociólogo y responsable de dicho informe, Juan Carlos Llano.
Sin embargo, destacan el fuerte incremento de la tasa Arope en niños, niñas y adolescentes, pasando del 33,1 % al 38,9 %, lo que constituye a este grupo de edad como el que arroja peores datos en la Comunidad Autónoma.
Llano ha incidido en que esta es una bajada «interesante» para la región pero «muy inferior» a la nacional, que ha bajado en este mismo periodo del 27,8 % al 26 %, aunque ha señalado que «estructuralmente» todas las comunidades autónomas al sur de Madrid, entre las que se encuentra Castilla-La Mancha, tienen peores indicadores que las del norte, por lo que cualquier cifra que se acerque a la media nacional es buena para la región. «La estructura económica de España es así, tiene un devenir histórico muy alto», ha explicado.
También ha bajado la tasa de riesgo de pobreza, que pasa del 27,4 % al 26,1 %, con una caída en términos similares a la media nacional, que a pesar de ello se encuentra más baja que la castellanomanchega. Esto refleja que en Castilla-La Mancha hay 535.000 personas pobres, es decir, que viven con menos de 840 euros al mes, lo que significa que hay 25.000 menos -14.000 mujeres y 11.000 hombres- que en 2021.
Además, sigue habiendo más mujeres que hombres pobres, ya que el porcentaje es del 27 % en mujeres frente a un 25,2 % de hombres. Y, por otro lado, los datos apuntan que una de cada seis personas que trabajan se encuentran en situación de pobreza.
Por su parte, la tasa de pobreza severa -el porcentaje de personas que viven en hogares con un ingreso máximo de 560 euros mensuales por unidad de consumo- «baja bastante», situándose en el 8,7 %, cayendo 3,2 puntos y llevando este dato muy cerca de la media nacional, algo que, según ha señalado el sociólogo, «para Castilla-La Mancha es un buen dato», que además refleja «al conjunto más pobre de la gente pobre, los más desfavorecidos».
También muestra un buen comportamiento el BITH -personas que viven en hogares en los cuales se trabaja menos del 20 % de su potencial total de empleo-, que va «muy bien» en Castilla-La Mancha, según ha comentado Llano, ya que se situó en 2022 en el 7,7 %, por debajo de la media nacional y en «bajada constante» desde el año 2018.
En cambio, en el índice de Privación Material y Social Severa (PMSS) «pinchamos en hueso», ha lamentado el autor del informe, ya que escala al 9,3 %, lo que refleja una subida del 1,8 %.
En cuanto a la renta media por persona en Castilla-La Mancha, en 2022 se situó en 11.037 euros, 1.971 menos que la renta media nacional y la quinta comunidad autónoma con el indicador más bajo, aunque en 2022 la renta por persona en la región tuvo un incremento «notable» de 739 euros y creció por encima de la media del país tanto en términos absolutos como relativos.
VIVIENDA Y CALIDAD DE VIDA
En lo que respecta a la vivienda y la calidad de vida de los castellanomanchegos, los datos del informe de EAPN señalan que el primero de estos aspectos ha tenido una buena evolución, mientras que la calidad de vida de la ciudadanía se ha reducido.
Así, el informe apunta que en Castilla-La Mancha se produjo una «gran bajada» en 2022 del porcentaje de población que dedica más de un 40 % de su renta a los gastos de vivienda, hasta situar esta cifra en el 19,4 %. El informe indica que las políticas y acciones clave en vivienda son factores estructurales «muy relevantes» en la generación de pobreza.
Sin embargo, en lo que respecta a indicadores de calidad de vida, EAPN manifiesta que casi una de cada cinco personas no puede permitirse mantener la vivienda a una temperatura adecuada en invierno, un 6 % más que en 2021; y que un 7,2 % de la población no puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, casi el doble que en el año anterior.
De igual modo, un 36,7 % de los castellanomanchegos no tienen la capacidad de cubrir gastos imprevistos que deban asumir de manera obligada o urgente, un 1,1 % más que en 2021; el 9,3 % no puede costearse los gastos que conlleva mantener reuniones una vez al mes para hacer vida social y relacionarse con amigos, un 1 % más que el año anterior.
Sin embargo, el informe también concluye que un 49,9 % experimenta dificultades para llegar a fin de mes, remarcando que en 2022 registró su valor más bajo de la serie histórica.
DESIGUALDAD
Finalmente, el informe de EAPN ha puesto el foco en los indicadores de desigualdad, concluyendo que ha habido una mejora en los tres más utilizados para medir este ámbito, como son el Gini, el índice S80/S20 y el índice S90/S10.
En primer lugar, el índice Gini -un indicador que cifra en 0 la igualdad absoluta y en 100 la desigualdad completa- se quedó en 2022 en 29,9 en Castilla-La Mancha, una mejor cifra que la media nacional, que llegó al 32. Este indicador, ha reconocido Juan Carlos Llano, «en términos de verdad tampoco es mucho», aunque «que baje la desigualdad es bueno», ha mantenido.
Mientras, el índice S80/S20 -que mide la relación de renta entre el 20 % con mayores ingresos y el 20 % con ingresos más bajos de la población- alcanzó el pasado año el 4,8, lo que señala que el 20 % de la población con mejores ingresos de Castilla-La Mancha recibe una renta 4,8 veces superior a la del 20 % más pobre, con una importante bajada de 0,9 puntos.
Por su parte, el índice S90/S10 -que mide la diferencia de ingresos entre el 10 % más rico y el 10 % más pobre- tiene una bajada aún mayor, expresando que el 10 % más rico ganó 7,9 veces más que el 10 % más pobre, lo que supone una caída desde el 11,1 que hubo en 2021.
PROPUESTAS
Por su parte, el presidente de EAPN en la región, Adolfo Patón, ha aseverado que este informe, que se hace de manera homogénea en toda la Unión Europea, es «incuestionable» y refleja «de manera muy fiel y directa» la voz de las personas en situación de vulnerabilidad social y pobreza.
Además, permite detectar las mejores prácticas y conocer qué políticas y acciones están funcionando de cara a poner a todos los territorios en la senda de la inclusión social y la paulatina erradicación de la pobreza.
Finalmente también sirve, ha añadido, para poder hacer propuestas a las personas con responsabilidad institucional en la región teniendo un diagnóstico de la situación «afinado y en detalle».
En este sentido, desde EAPN proponen a todas las instituciones castellanomanchegas iniciar los trabajos necesarios para llegar a un Pacto Regional por la Inclusión Social y contra la Pobreza «ambicioso, que blinde garantice y asegure las mejores políticas y acciones posibles» para una sociedad castellanomanchega «decidida a alejar a las personas de la pobreza».
Asimismo, reclaman al Gobierno autonómico que refuerce «de manera decidida» el trabajo entre consejerías para dar respuestas «más integrales, urgentes, visibles, evaluables y medibles» al reto de reducir la pobreza en la región.