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domingo, 27 octubre
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Page ve una falacia «exagerar la pluralidad» y defiende que solo se puede ser plural en torno a la unidad de España

Reivindica pactos entre PP y PSOE y asegura que Puigdemont sería un "botifler" para los suyos si pacta con Sánchez

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha denunciado este lunes la «gran falacia» que consiste en España en «exagerar la pluralidad, la diversidad, para romper la unidad», al tiempo que ha defendido que «lo plural, lo diverso, sólo se puede predicar respecto de una unidad».

Desde Alarcón (Cuenca), donde ha presidido la firma de los convenios de colaboración con los Grupos de Desarrollo Rural (GDR) de Castilla-La Mancha, García-Page ha asegurado que en este país, cada vez que alguien habla de pluralidad, se «echa a temblar» porque «lo dice para tener más dinero, tener más privilegios, o para romper la unidad». «La pluralidad lo es sobre la base de una unidad».

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A juicio de Emiliano García-Page, este acto celebrado en la localidad que alumbró el primer proyecto del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, pone de manifiesto que las grandes y pequeñas poblaciones «formamos parte de una misma Comunidad», ha resaltado. De hecho «el medio rural es nuestro medio natural», tal y como dice «el Estatuto que aquí mismo se aprobó», una filosofía de la que «no hemos renegado ni cuando empezó el estatuto ni hoy».

«Aquí mismo decidimos crear una nueva identidad que ha ido prendiendo», ha rememorado en la iglesia de San Juan Bautista, donde ha valorado que «hemos creado una identidad nueva que no se ha planteado como arma arrojadiza para ser mejores que otros» pero «sí para no tener menos».

«Nos sentimos encantados de tener una autonomía y de ser castellanomanchegos porque nos sentimos previamente orgullosos de ser españoles que es además la unidad que nos permite la diversidad. Tenemos autonomía porque lo permite la Constitución».

A su entender, «la diversidad, la diferencia, enriquece a un pueblo, de la escala que sea, pero si esa diferencia o esa pluralidad se exhibe para lo que está pasando por ejemplo en Gaza, malo».

«ACORDAR TENDRÍA QUE SER LA NORMA GENERAL»

De otro lado, ha hecho hincapié en el hecho de que en la Transición Española, que alcaldes del PP o del PSOE, y algunos que no lo son ni del PP ni del PSOE, se dieran la mano, hablaran, compartieran problemas y firman, «no te llevaba a que te llamaran colaboracionista y te señalaran con el dedo como un energúmeno».

«Nuestro sistema de convivencia se ha cimentado en el hecho de acordar. Yo ahora, si coincido en algo con un dirigente del PP, me llaman colaboracionista», ha lamentado García-Page, quien advierte de que «una cosa es no conseguir los acuerdos y otra cosa es demonizar, desterrar el hecho en sí de acordar».

Dicho esto, ha comentado que «todo el mundo a nivel de calle sabe que todo lo que se pueda arreglar por acuerdos siempre es mejor que dándose de cabezazos contra la pared o contra el contrario».

Así, ha criticado que en este país «parece que una parte no se puede entender nunca con la otra». «Yo cuando puedo coincidir con otros lo hago y además lo digo con mucha claridad, sin ser colaboracionista. Si mañana Puigdemont, pongamos un caso, pacta, le van a llamar colaboracionista los suyos, bueno, ‘botifler'».

Sin embargo, considera que el hecho en sí de hablar entre distintos partidos no se tendría que ver «como un hecho negativo». «Acordar tendría que ser la norma general y no hacerlo la excepción y hoy lamentablemente pasa a lo contrario en este país nuestro y lo lamento muchísimo porque de todo eso devienen muchas cosas».

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