El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado este sábado su compromiso con la comunidad autónoma para los próximos cuatro años, un periodo en el que ha destacado que la región podrá gozar de estabilidad institucional y certidumbre, para «sin sectarismos, seguir creciendo».
García-Page ha resaltado este compromiso tras jurar el cargo como presidente de la Junta de Comunidades, en un acto celebrado en el Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia regional, ante 400 invitados, entre ellos la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño; la ministra de Política Territorial y portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, y los presidentes de Castilla y León y Asturias, Alfonso Fernández Mañueco y Adrián Barbón, respectivamente.
«Estoy contento de poder estar cuatro años más al servicio de mi país, desde aquí, porque lo aquí podamos opinar también tiene su importancia», ha resaltado García-Page para enfatizar el papel de las comunidades autónomas, ya que ha subrayado el Estado de las Autonomías «no son 17 trozos, sino que es una unidad acrisolada, diversificada, enriquecida».
En esta línea, ha considerado que Castilla-La Mancha y también las comunidades autónomas cuyos presidentes le han acompañado en el acto de este sábado, son «fieles al espíritu» de la Constitución de 1978 y tienen «un papel que jugar», que consiste en que no se establezcan debates bilaterales entre el Estado y una comunidad autónoma, pues ha defendido que la soberanía popular reside en el conjunto de los ciudadanos españoles.
«NO SE PUEDE TROCEAR LA FISCALÍA»
Por ello, García-Page ha reivindicado que las autonomías «no pueden trocear la Fiscalía», pues su cometido es «amplificar las virtudes y ventajas que tiene España: su pluralidad y diversidad, sacándole el máximo provecho posible», ha agregado.
Para el presidente castellanomanchego, las comunidades autónomas han actuado como «aceleradores» de servicios esenciales como la sanidad o la educación, y se ha preguntado cuántos de ellos no estarían en el nivel de desarrollo actual de no haber puesto «a 17 caballos a correr en la misma carrera, incluso con una sana competencia».
A su vez, ha defendido una gestión centrada en «crecer y compartir»; es decir, generar riqueza en la región para compartirla y poder así «fortalecer» la sanidad, la educación o la dependencia y poder hacer frente a los retos que se presenten.
«Lo único que podemos hacer es ayudar a empujar, crear clima para crear riqueza y, sobre todo, compartirla», ha resumido.
PIDE DISCULPAS A SU FAMILIA Y A SUS HIJOS
El líder del Ejecutivo regional también ha dedicado unas palabras a sus familiares, especialmente a sus hijos, a quienes ha pedido disculpas por «padecer las torpezas de su padre» y haber recibido los «añarazos» de la política.
A lo largo de su trayectoria, ha recordado, sus seres queridos «han sufrido» porque la política «no se queda circunscrita al cargo», sino que afecta a la gente «que te quiere y te rodea».
Asimismo, ha pedido perdón por «si alguien no se ha sentido bien atendido» a lo largo de esta legislatura, y ha reconocido que, aunque «ha arreglado más problemas de los que ha creado», muchos otros se han quedado «sin arreglar o atender».
En su discurso, García-Page también ha recordado a las víctimas del coronavirus y ha a los profesionales sanitarios de todo el país que dieron “el do de pecho” en la pandemia.
En el acto, que ha sonado al ritmo de la viola de teclas de Ana Alcaide, también han intervenido la investigadora y cofundadora de Ionbiotec, Ana Megia-Macías; la jefa del servicio oncológico del Hospital de Toledo, Eva Lozano; y la deportista sordociega, Cristina Landete.