El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado la actitud de la sociedad de la región y su «tozudez, tenacidad y apoyo unánime», desde instituciones públicas hasta regantes y sindicatos, en la defensa del agua.
Unas declaraciones realizadas desde Cuenca en plena polémica por la inminente aprobación en Consejo de Ministros del Plan de Cuenca del río Tajo y la inclusión de caudales ecológicos en el río a su paso por Aranjuez, Toledo y Talavera que redundarían en minoraciones de agua al trasvase hacia el Segura.
«Hemos dado un salto de gigante para conseguir otro compromiso. Para aquellos que plantean que es una guerra electoral, déjense de tonterías, es mucho dinero», ha aseverado el presidente autonómico.
De su lado, desde Albacete, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha negado la existencia de una «guerra por el agua», asegurando que «tan solo son territorios defendiendo sus intereses».
Ha sido durante la firma del nuevo convenio entre la Consejería, la Universidad de Castilla-La Mancha y el Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete, donde a preguntas de los medios, ha explicado su discrepancia con los manifestantes que se movilizaron el pasado jueves en Madrid: «los caudales ecológicos son necesarios», ha aseverado.
Martínez Arroyo ha defendido que los caudales ecológicos no han sido una «voluntad política», sino que se han aprobado a raíz de cinco sentencias emitidas por el Tribunal Supremo, y que serán una medida «muy beneficiosa» para la región. Asimismo, el consejero ha hecho un llamamiento a la calma, «siempre hay recursos para abastecer el regadío».
Por último, ha reiterado su respeto a los manifestantes, repitiendo el compromiso de la Junta con los regantes de Castilla-La Mancha. «Estamos en un debate nacional necesario sobre qué política de agua queremos, no es una guerra, cada uno defiende sus intereses y nosotros vamos a defender también esa agricultura pequeña y mediana que está fuera del foco», ha finalizado.