El ministro de Universidades, Joan Subirats, ha apostado por trabajar junto a las comunidades autónomas y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para «incentivar las matriculaciones» en grados cuando se quiera «incentivar la presencia masculina o femenina» para reducir la brecha de género que se da en algunas carreras.
En concreto, ha propuesto «reducir el precio de las matrículas» al género minoritario en el grado, «sean hombres o mujeres», para «generar un incentivo de carácter económico y que la cuota fuera creciendo»: «Lo ideal sería que fuera de, al menos, el 60% y 40%».
Durante la presentación del estudio ‘Segregación de género en los estudios universitarios’ en la sede del Ministerio, Subirats ha animado a que esto «pueda hacerse» con las comunidades autónomas y con la CRUE, ya que la regulación de las titulaciones es competencia de las administraciones autonómicas e incorporar incentivos para las materias sin contar con las universidades «es muy difícil».
«Tenemos que empezar a buscar otros mecanismos, pero no lo podemos hacer sin la complicidad de las comunidades autónomas o las universidades», ha incidido el ministro en referencia a las soluciones para reducir la brecha de género en los estudios universitarios: «Hay que incentivar las matriculaciones en grados cuando queramos incentivar la presencia masculina o femenina».
El ministro ha comentado que están viendo cómo «avanzar de manera conjunta» con los ministerios de Igualdad, Educación y Formación Profesional y Ciencia e Innovación, para reducir la segregación en el sistema educativo. «Este no es un tema que preocupa solo al Ministerio de Universidades, también a Igualdad, Educación y Ciencia, con los que hemos tenido pautas de colaboración y con los que estamos viendo cómo podemos avanzar de manera conjunta», ha precisado.
En este sentido, ha avanzado que van a crear un grupo de trabajo interministerial que pueda trabajar sobre esta temática en los próximos años, con objetivos conjuntos y aunando las iniciativas que ya se están llevando a cabo.
El estudio de carácter cualitativo elaborado por el Ministerio de Universidades, en el que se ha entrevistado a diez expertas, busca analizar la situación de la segregación en los estudios universitarios, un tema, en palabras de Subirats, «especialmente complejo» debido a las «diferencias que existen entre las chicas y los chicos que eligen los grados», una situación «que no es la deseable».
«Tenemos cifras que no son propias del siglo XXI, hay una separación muy fuerte. Cuando se supera el 60 por ciento de presencia de hombres es que estamos en una situación de desequilibrio», ha advertido el ministro, al tiempo que destacado que en Educación Infantil el 92 por ciento son mujeres, en Enfermería el 82 por ciento y en los estudios de Salud en generan supera el 70 por ciento.
Las expertas entrevistadas en el estudio constatan que en esta distribución por género de la población estudiantil «influyen factores de tipo sociocultural y psicosocial, que tienen que ver con cómo los procesos de socialización y de construcción cultural de las identidades a edades muy tempranas atribuyen roles en función del género».
«ALGUNA COSA FALLA, DEBERÍA HABER UN EQUILIBRIO»
Por el contrario, los hombres representan el 86 por ciento en Informática, el 74 por ciento en Ingeniería o el 64 por ciento en Matemáticas. «Encontramos que alguna cosa falla, debería haber un equilibrio», ha alertado Subirats.
Sobre los motivos por los que se produce este «desequilibrio» en algunas carreras universitarias, ha explicado que hay estereotipos «muy claros» que no se debería aceptar como que «la ciencia es menos propicia para las mujeres o que los cuidados son menos propicios para los hombres».
Sin embargo, ha recalcado que en el ámbito de las ciencias en general «hay muchísimas mujeres», pero el «sesgo se da en ingenierías». «Hay todo un ámbito que antes atribuíamos más a hombres que es el ámbito de la Medicina, donde ahora hay más mujeres», ha dicho.
CADA VEZ MENOS ESTUDIANTES EN EL ÁMBITO STEM
Durante su intervención, la rectora de la Universidad de Madrid y delegada de CRUE para Políticas de Igualdad, Amaya Mendicoetxea, ha mostrado su preocupación debido a que «cada vez haya menos estudiantes, tanto hombres como mujeres, en las disciplinas STEM, las disciplinas del futuro». Por ello, ha apostado por «desarrollar una ciencia más diversa, más inclusiva y que no tenga sesgo por género».
Entre las causas de la brecha de género en los estudios universitarios, la rectora ha destacado «la cuestión de los estereotipos, que están profundamente asentados y arraigados en la sociedad». En su opinión, «el panorama no es propio del siglo XXI» ya que los estereotipos de género «están ampliamente escenificados en el estudiantado, hasta el punto de parecer una elección natural».
En la etapa escolar, según ha subrayado Mendicoetxea, el desinterés de las niñas por las disciplinas STEM «comienza muy pronto»: «Tienen ya los roles establecidos, las niñas son trabajadoras y modestas y los niños son brillante, son genios».
Para la delegada de CRUE para Políticas de Igualdad, la segregación por género «se da en todas las etapas del sistema educativo», por lo que, a su juicio, «es importante que haya actuaciones dirigidas al profesorado a niveles de Infantil y Primaria» y también «es importante la participación de las universidades», que están «profundamente implicadas» en la lucha contra la desigualdad en todas sus áreas de actividad.
UN FENÓMENO «MUY COMPLEJO» QUE NO TIENE SOLUCIONES SIMPLES
Por su parte, la doctora en Ciencias Sociales y especialista en políticas públicas de desarrollo socioeconómico, igualdad y sociedad digital, María Ángeles Salle, ha indicado que el fenómeno de la segregación en el sistema universitario «es muy complejo y no tiene soluciones simples ni recetas rápidas», ya que es un fenómeno «muy arraigado en las desigualdades de género».
La experta ha criticado la atribución de roles a niños de cinco años como oficiales de policía y a las niñas como maestras, «algo que está absolutamente comprobado» y que provoca que las niñas «consideran que las mujeres no son especialmente inteligentes».
«Las niñas y niños a los nueve y diez años tienen un rendimiento similar en Ciencias y las niñas a esa edad ya tienen gusto y seguridad en el aprendizaje de las Ciencias, pero no así en el de las Matemáticas», ha afirmado Salle, destacando que en Lectura las mujeres son «mejores» pero que es una materia que está «ausente» del mundo de la Tecnología y la Ciencia: «Tú te irás a aquello en lo que te sientes más fuerte».
En el momento de elegir carrera, según ha añadido la experta, las mujeres se encuentran con «escasez de referente e invisibilidad» y, al salir de la carrera, «muchas trabajan por debajo de su potencial». «Hay que cambiar las narrativas sobre la segregación, promover la valoración social y económica de los cuidados y hacer más atractivas las condiciones del cuidado remunerado», ha concluido.
