La naturaleza tiene sus medios para equilibrarse y evitar la propagación de bacterias de los cadáveres en descomposición, que podrían propagar muchas enfermedades. Los animales carroñeros son el modo más eficaz de cumplir esta función. Ese es el maravilloso espectáculo que hemos podido ver este domingo en una llanura cercana al pueblo de Ruidera, junto a la carretera que une esta población con la de Ossa de Montiel.
Informados por Amparo Sánchez Crespo, autora de la foto del festín, nos hemos encaminado al lugar. En poco más de dos horas, estas aves carroñeras habían acabado totalmente con el cadáver. A nuestra llegada, solo quedaban prácticamente los huesos y la piel. En la primera invasión se ha visto a una veintena de buitres leonados, a los que se les han ido sumando más compañeros, y algo más tarde han llegado varios buitres negros, que eran los que aún permanecían cuando llegamos.
El espectáculo de este domingo es algo muy extraño de ver, ya que en esta zona de Castilla-La Mancha no anidan buitres de estas dos especies. Las colonias de buitres más cercanas se encuentran en el Valle de Alcudia, al suroeste de la provincia de Ciudad Real, y en el Parque Nacional de Cabañeros, al noroeste de la misma provincia. Ambas poblaciones están a más de 130 km de distancia del lugar. Existen otras pequeñas poblaciones de buitre leonado y alguna pareja de buitre negro en la zona de la sierra de Segura, a unos 80 km. Por esta causa, lo de este domingo ha sido algo muy especial, y nos da una idea de los largos desplazamientos que efectúan estas majestuosas aves para encontrar sustento.