La alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, y el concejal de Turismo, Raúl Zatón, han participado en el IV Congreso Internacional de Barrios Históricos de Bodegas que, impulsado por el Centro Europeo de Información y Promoción (CEIP) del Medio Rural, se ha celebrado ayer y hoy en la localidad riojana de Villamediana, con más de 120 asistentes.
Tomelloso ha participado en este congreso como caso singular por sus 2.000 bodegas-cuevas subterráneas, de las que se está intentando preservar y visibilizar en torno a 200. Jiménez ha hablado del origen, los usos y las clases de cuevas que recorren el subsuelo de la localidad, de su recuperación y futuro, de las tinajas, las lumbreras y el papel protagonista de las mujeres “terreras” y “lieras” en su construcción.
El origen de estas cuevas, ha explicado la alcaldesa, se remonta al último lustro del siglo XIX, cuando los tomelloseros, aprovechando la caída de las viñas francesas a causa de la filoxera, se dedicaron de lleno a la plantación de viña en el término municipal de Tomelloso y poblaciones colindantes. Una circunstancia que hizo que en torno a 1.820 comenzaran a construir cuevas bajo sus casas para hacer y almacenar vino. En los años 60, con la fundación de la Cooperativa Virgen de las Viñas y el Grupo Sindical de Colonización (hoy SAT San José) dejaron de construirse. “Más de la mitad de las calles o plazas de la ciudad esconden un tesoro oculto que ha convertido a la ciudad en lo que hoy es”, ha incidido.
El visitante que llega a Tomelloso se ve sorprendido por las “lumbreras”, enrejados a modos de tragaluz, que inundan las aceras y que además de servir para dar luz a la cueva y para ventilarlas, era el espacio por el que se introducían las “tinajas”, otra de las “joyas” de La Mancha que albergan esta construcciones subterráneas, ha expuesto la alcaldesa en el congreso.
Especial mención ha hecho Jiménez durante su exposición a las “terreras”, encargadas de retirer la tierra que el picador iba acumulando en espuertas y las “lieras”, encargadas de retirar las madres del vino o lías (restos que quedaban en las tinajas tras la fermentación del vino). Estas mujeres son, ha dicho, “icono” de la ciudad y “ejemplo de la lucha de aquellas aguerridas mujeres por la igualdad”. Fueron, ha señalado también como dato curioso, “las primeras mujeres que usaron pantalones, algo poco común en la época”.
La alcaldesa ha apuntado que desde hace varios años la divulgación de las cuevas ha despertado el interés de agencias de turismo y grupos organizados de otros lugares, por lo que, a través de un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Tomelloso y la Asociación de Amigos de las Cuevas de la localidad, se trabaja en encontrar la viabilidad para regular cómo visitarlas y conocer su historia.
Intensificar las relaciones entre los agentes públicos y privados, abrir la relación entre el patrimonio local y los visitantes, y acercar la cultura y el turismo a las jóvenes generaciones con un lenguaje que dominan a la perfección como es el de las nuevas tecnologías, es uno de los puntos fuertes a seguir por parte de la Asociación y el Ayuntamiento, además de sumar socios para que la oferta turística en torno a las cuevas, sea cada vez más amplia.
Las cuevas-bodega suponen, ha dicho Inmaculada Jiménez durante su exposición, “una oportunidad de desarrollo local y proyección de futuro por las posibilidades turísticas y culturales que ofrece, así como dar ejemplo de recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico” y, el enoturismo o turismo enológico, “es una herramienta valiosa más a la hora de dar a conocer nuestros productos y nuestra ciudad en un sector cada vez es más competitivo”.
Muestra del trabajo que el municipio está realizando para impulsar el enoturismo es el premio a “Mejor Municipio Enoturístico 2022”, otorgado a Tomelloso por la Asociación de Ciudades Españolas del Vino y Rutas del Vino de España, que ayer mismo recogía la alcaldesa en un acto celebrado en Madrid, de manos del Secretario de Estado de Turismo.