El desarrollo del modelo hortofrutícola en La Mancha va unido al Alto Guadiana y al INC (Instituto Nacional de Colonización) que edificó en el Acuífero 23 los pueblos de Cinco Casas y Llanos del Caudillo, además de construcción del embalse de Peñarroya. Al poder disponer de agua, se empezaron a cultivar especies que requerían riego.
A finales de la década de los 70 y principios de los 80 se empezó a cultivar alfalfa y remolacha azucarera, pero enseguida se vio que eran productos que requerían mucha agua, y que necesitaban el riego por aspersión, por lo que se desperdiciaba casi el 80% del agua que se usaba para el riego, además los pozos cada año reducían su caudal de forma alarmante, por lo que se empezó a optar por el riego por goteo y el cultivo de hortofrutícolas, principalmente el melón.
Eugenio Ruiz Moreno, el hijo mayor de Eugenio Ruiz Jareño y Maria Luisa Moreno Jiménez, nació en Tomelloso, pero a mediados de los años sesenta, toda la familia se trasladó a Cinco Casas, donde adquirieron una casa y una parcela del INC. Eugenio es una persona muy entrañable y conocida por su actividad, y por los años en los que pasó por la política, como concejal del Ayuntamiento de Tomelloso, en el cual destacó por su tolerancia y respeto, lo que le granjeó muchas amistades.
Cuando el cultivo del melón se empezó a popularizar, y llegó a ser el cultivo principal de la zona, Eugenio pensó que deberían de dejar de comprar la planta a los viveros, la mayoría de la zona de Levante-sur, y propuso a la cooperativa de Cinco Casas la creación de un invernadero para tener ellos su propio vivero de plantas. La idea funcionó, y se exportó a otros pueblos de La Mancha, y Eugenio se apasionó con ese negocio, y montó su propio vivero de plantas en Tomelloso. A principios de los 90, alquiló un invernadero, y empezó allí, y en 1997 montó su propio invernadero, el cual ha ido creciendo con los años, hasta disponer de un invernadero de 10.000 metros cuadrados, más las instalaciones de inseminacion y fertilización (semilleros), y otras naves.
El trabajo que desarrollan en TOMIPLANT consiste en la germinación de semillas, controlando el proceso desde la siembra de la misma hasta que se convierte en plantón. Cada especie necesita de un tiempo y unas condiciones climáticas especiales, y la experiencia de Eugenio Ruiz ha hecho que la empresa crezca, tanto en demanda, como en variedad de especies que producen, y su red de distribución a salido de la región, para vender plantas a prácticamente todo el territorio nacional.
Visitamos las impresionantes instalaciones, en las que los invernaderos llenos de plantones nos crean un espejismo en el cual creemos sentirnos en un enorme estadio de fútbol, o en una inmensa pradera. La mayoría de la producción se centra en las cebollas, seguidas de los melones y sandías, de los cuales producen 8 especies distintas, aunque la especie de melón llamada piel de sapo es la más demandada por su contenido en azucares y buena producción. También producen mucha planta de pimiento, otra hortaliza que lleva varias décadas cultivándose en esta zona de La Mancha desde hace varias décadas. Pero la variedad de especies que producen crece, aunque de momento la demanda es para pequeños huertos particulares. Sin embargo Eugenio Ruiz cree que en La Mancha se debería apostar por la variación de cultivos, ya que cree que esta tierra tiene unas buenas características químicas y climatológicas para ello, y el desafortunado calentamiento global está trayendo a nuestra tierra inviernos menos fríos, lo cual unido a los perjuicios derivados de los monocultivos, harían de La Mancha una tierra muy productiva.
Aunque le quedan pocos años para jubilarse, Eugenio Ruiz sigue ilusionado con su trabajo, y sigue haciendo experimentos: “Cuando me jubile me dedicaré a mi propio huerto y a cultivar especies de todas las partes del mundo, pero sólo para consumirlas mis amigos y yo”.