El frigorífico es el electrodoméstico más común en los hogares, pero también el que más consume. No obstante, un análisis de 112 frigoríficos combi de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), revela que es posible ahorrar hasta un 33% en la factura eléctrica dependiendo del modelo, lo que supone un ahorro eléctrico de hasta 37 euros al año, o lo que es lo mismo, unos 450 euros a lo largo de su vida útil (estimada en 12 años). Hablamos de 11 frigoríficos galardonados como Compra Eco al combinar un bajo impacto ambiental (especialmente por su elevada eficiencia) con una buena calidad. Dos de ellos cuestan menos de 650 euros:
Hisense RB438N4BC3. Precio: desde 615 euros. Capacidad: 175 litros del refrigerador y 64 litros del congelador. A favor: Destaca por su capacidad de congelación; y por su buen funcionamiento a una temperatura ambiente de entre 10ºC y 43ºC, por lo que puede instalarse en cualquier habitación de la casa. Y se oye bien la alarma que avisa de que la puerta del congelador o del refrigerador. En contra: su facilidad de limpieza es mejorable.
LG GBB61PZGCN. Precio: desde 649 euros. Capacidad: 144 litros del refrigerador y 72 litros del congelador. A favor: Destaca por sus excelentes prestaciones a la hora de enfriar los alimentos, además de su por su buena capacidad de congelación. También ofrece un consumo bajo (183 kWh). Y es un modelo No Frost, lo que evita la formación de hielo en la parte del refrigerador. En contra: la iluminación interior es mejorable.
OCU recuerda además que el consumo eléctrico del frigorífico puede elevarse dependiendo de su instalación y el uso que se haga de él, por lo que es recomendable seguir una serie de instrucciones básicas, tal y como se explica en la revisa Compra Maestra de julio:
Instalarlo lejos de fuentes de calor como el horno o una ventana soleada; y dejar una separación con las paredes y los muebles para que el aire circule.
No bajar en exceso la temperatura del termostato: bastan 5ºC en el frigorífico y -18ºC en el congelador.
Descongelar de vez en cuando. Tres milímetros de escarcha en el congelador aumentan un 30% el consumo.
No meter comida caliente en la nevera y mucho menos en el congelador.
Aprovechar bien el volumen de la nevera, pero sin llegar a comprimir los alimentos o sobrecargarlo en exceso.
No tener la puerta del frigorífico abierta sin necesidad: cada vez que se abre necesita gastar energía para volver a bajar la temperatura.
Pasar la aspiradora por detrás del frigorífico para eliminar el polvo y permitir que “respire”: que se facilite el intercambio de calor con el ambiente.
Limpiar y desenchufar el frigo si se va a pasar una larga temporada fuera de casa. Dejar la puerta un poco abierta para evitar malos olores.