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Homenaje a 25 represaliados del nazismo de la provincia de Ciudad Real con el «mayor monumento del mundo»

Con la instalación de dos adoquines en Campo de Criptana

La provincia de Ciudad Real se ha sumado este miércoles al «mayor monumento del mundo» dedicado a la memoria, que conmemora a los represaliados por el nazismo, con la instalación de dos adoquines en Campo de Criptana que recuerdan los lugares donde vivieron Ángel Sepúlveda y Marino Sánchez, dos vecinos del municipio que murieron en los campos de concentración y exterminio del nazismo.

Este acto ha surgido de la mano de la iniciativa ‘Stolpersteine’, del artista Gunter Demnig, y, aunque ha comenzado en Campo de Criptana, se extenderá por otras localidades de la provincia hasta homenajear a 25 ciudadrealeños que fueron asesinados a manos de los nazis. Así, este jueves será colocado otro adoquín en el lugar donde vivió Wenceslao Fernández, vecino del municipio de Arenas de San Gregorio, que en aquella época también pertenecía a la localidad criptanense.

Así, los adoquines que se ubiquen en las calles y casas de Ciudad Real se sumarán a los más de 75.000 que, gracias a ‘Stolpersteine’, se han colocado en más de 20 países.

El presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, que ha asistido a este homenaje a Ángel Sepúlveda, así como al posterior a Marino Sánchez, ha afirmado que el de este miércoles es «un acto de justicia y de un reconocimiento» tanto a los propios fallecidos como a sus familias.

«Podéis y debéis estar muy orgullosos de quiénes sois y de cuáles son vuestros orígenes, y además los demás os lo tenemos que reconocer y lo tenemos que poner en evidencia como hacemos hoy con este adoquín. Vuestros familiares tuvieron no solo que sufrir la violencia y la muerte sino que sus descendientes tuvieron que sufrir todas las penalidades que conlleva perder a un ser querido», ha dicho, dirigiéndose a los descendientes de estos represaliados, presentes en el acto.

Caballero ha recordado que la ONU conmemora este jueves, 27 de enero, como Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, pero ha antepuesto que, más allá de la obligación que impone este organismo, «tenemos también una obligación moral como sociedad y ética cada uno de nosotros como individuos y ciudadanos» de reconocer a estas personas represaliadas.

«En nuestra cultura nadie muere mientras no se le olvida y recordar es lo que estamos haciendo en este día de hoy y lo que haremos en los sucesivos días hasta traer al corazón a estos 25 hombres de nuestra provincia», ha proseguido.

Por ello, ha considerado que este es «un día de tristeza, porque supone recordar hechos durísimos», pero también en parte es «un día alegre porque hoy como sociedad y como ciudadanía nosotros, el conjunto, en la medida que hemos reconocido a los que lucharon por la libertad y fueron y son héroes, nos convertimos en una sociedad más digna».

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Además, ha querido reconocer la labor de Mapas de la Memoria, encargada de realizar las investigaciones en colaboración con ‘Stolpesteiner’ y ha incidido en que se sabe que hubo 150 ciudadrealeños en los campos de concentración nazi de los que 104, de entorno a 50 localidades de la provincia, fueron asesinados.

«RESTITUIR EL HONOR Y LA DIGNIDAD» DE LAS VÍCTIMAS

Mientras, el también investigador Alfonso Villalta ha explicado que el proyecto ‘Stolpesteiner’, obra del artista alemán Gunter Demnig, nació con el objeto de «restituir el honor y la dignidad de las víctimas del nazismo», comentando que cuando en un territorio se coloca la primera piedra, como en el caso de la provincia de Ciudad Real en el acto de este miércoles, el artista acude personalmente a colocarla, aunque en esta oportunidad no ha podido hacerlo a consecuencia de las restricciones derivadas de la pandemia.

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Villalta ha resaltado cómo un monumento constituido «por algo tan sencillo como es un nombre y una casa» puede convertirse en «una forma de memoria para aquellos que no tienen ni siquiera un lugar para ser honrados».

Así, ha hecho hincapié en cómo desde Mapas de la Memoria se han sumado a «esa gran obra de esperanza» poniendo «todo lo que tiene: investigación, rigor y tenacidad pero también mimo y alegría».

UN PROYECTO CON «TIEMPOS LENTOS»

A estas declaraciones se ha sumado la de uno de los investigadores de la UNED, Jorge Moreno, quien ha agradecido la labor del impulsor de esta iniciativa, Gunter Demnig, y a todo su equipo por haber facilitado la participación en ella.

Moreno ha subrayado que este proyecto lleva «tiempos lentos» y gracias a ello se ha podido adelantar todo su proceso. Además, ha recalcado que esta iniciativa ha recibido una ayuda local con el fin de encontrar la «casa exacta» en la que vivió la persona que murió en un campo de concentración. «Este tipo de actos ayudan a que los familiares aparezcan y así rendir el homenaje que merecen», ha manifestado.

UN ACTO CON «SENSIBILIDAD ESPECIAL»

Por su parte, el alcalde de la localidad, Santiago Lázaro, ha destacado que este tipo de eventos tienen una sensibilidad «especial» y están «muy agradecidos» de que Campo de Criptana sea el primer municipio en el que se celebre un homenaje de estas características, con el fin de dignificar y sacar del «ostracismo» a una memoria «casi» olvidada.

Asimismo, ha incidido en que este acto es un gesto para «acercar esa historia de los protagonistas de las grandes hazañas que con su valentía y convicciones creyeron que había que luchar para defender los valores como la democracia y la libertad», ha remarcado el primer edil.

Del mismo modo, ha reconocido la figura de los tres vecinos que fueron represaliados en campos de concentración entre el año 1941 y 1942. Uno de ellos fue Ángel Sepúlveda, quien fue encarcelado en la prisión de Estrasburgo y falleció a los 39 años de edad; Marino Sánchez, quien murió a los 25 años; y Wenceslao Fernández, procedente de Arenales de San Gregorio.

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