El viñedo agroambiental de secano contará con una ayuda por valor de 26 millones de euros dentro de la nueva Política Agraria Común (PAC) que pretende llegar a 50.000 hectáreas en Castilla-La Mancha con el fin de que este cultivo siga siendo «sostenible y rentable».
Así lo ha avanzado el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, en rueda de prensa con motivo de un proyecto conjunto con la universidad de Wageningen de Países Bajos, junto al embajador de Países Bajos en España, Jan Verstee.
Martínez Arroyo ha puesto en valor otra de las ayudas para la región dentro de la nueva PAC, que ya se ha hecho pública, como la de olivar de bajo rendimiento, valorada en 30 millones anuales, a partir del año 2023.
PROYECTO PARA AGRICULTORES DE LA REGIÓN
En este contexto de apoyo al viñedo de secano, el consejero y el embajador de Países Bajos han dado a conocer un estudio financiado por este país, en el que participarán agricultores de Montes de Toledo y Campo de Montiel sobre la gestión del agua en cultivos leñosos de secano.
El estudio constará de dos fases y se pondrá en marcha en breve. La primera de las fases se prevé culminarla a finales de 2022 y en ella se intentará dar respuesta a la problemática que sufren los agricultores en relación a la gestión del agua y el suelo en los cultivos leñosos tradicionales de la región.
Asimismo, se investigarán las prácticas que se pueden poner en marcha para mejorar la disponibilidad del agua y la fertilidad del suelo o la manera de facilitar un proceso participativo para poner en práctica una gestión integral y más resiliente al cambio climático.
Los resultados de este estudio, según ha explicado el consejero de Agricultura, ayudarán a los agricultores a elegir los ecorregímenes de la nueva PAC en el ámbito de los cultivos leñososo. «Podrán tomar decisiones, en base a la ciencia, de lo que es más rentable para ellos», ha asegurado Martínez Arroyo.
Este proyecto comienza en abril del pasado año junto a la consejera de Agricultura de Países Bajos y se centra en un cultivo con mucha presencia en la región como son los leñosos en secano. Un total de 1,2 millones de hectáreas en la región corresponden a cultivos leñosos, el 23% de nuestro país, y una de cada tres hectáreas en Castilla-La Mancha se dedica al cultivo de leñosos.
De su lado, el embajador de Países Bajos ha animado a los agricultores de la región a participar en este estudio, porque «poco podemos hacer sin la ayuda y el entusiasmo de los ciudadanos» para luchar contra los efectos del cambio climático, una «tarea de todos» en la que el agua y el suelo son «recursos imprescindibles» a estudiar con el objetivo de la puesta en valor de este tipo de cultivos tradicionales, algo que ayudaría a aumentar su resiliencia frente a la sequía y a aumentar su capacidad de almacenamiento del agua.