Setecientos cincuenta jóvenes y personas vulnerables de la provincia que se encuentran en situación de desempleo de larga duración tendrán acceso a formación cualificada y remunerada mediante becas gracias al Promueve VI. El programa está dirigido a jóvenes menores de 30 años no atendidos por el Programa Operativo de Empleo Juvenil, personas mayores de 55 años, personas con discapacidad, inmigrantes, minorías étnicas y comunidades marginadas, y otros colectivos desfavorecidos como adultos únicos con hijos a su cargo; personas sin hogar o afectadas por la exclusión en materia de vivienda; víctimas de violencia de género; víctimas de discriminación por origen racial o étnico, orientación sexual e identidad de género; solicitantes de asilo; personas con problemas de adicción; perceptores de rentas mínimas o salarios sociales; personas con fracaso o abandono escolar, etc.
Se trata de una iniciativa comunitaria, a la que se podrá concurrir mediante la presentación de la perceptiva solicitud hasta el próximo 14 de febrero, que desarrolla y gestiona la Diputación de Ciudad Real y financia el Fondo Social Europeo en un 80 por ciento, a través del Programa Operativo de Empleo, Formación y Educación, con la intervención de la Dirección General de Relaciones con las Comunidades Autónomas y Entes Locales del Ministerio de Política Territorial.
La inversión asciende a casi nueve millones de euros, tal y como ha destacado el presidente de la institución provincial, José Manuel Caballero, quien ha calificado esta mañana de «muy potente» esta oferta formativa, que permite a los participantes la obtención de un certificado de cualificación profesional.
Ha resaltado, además, que los alumnos y alumnas disfrutarán una beca mensual que ronda los 537 euros mientras se forman en actividades y profesiones de plena actualidad que en estos momentos están muy demandas. Caballero ha añadido que se impartirán 50 acciones formativas en 40 localidades de provincia, en las que se han activado más de 20 itinerarios de mucho futuro y de máximo interés para las empresas.
Se trata, según Caballero, de demostrar eficacia a la hora de producir una buena conexión entre los que demandan un empleo y una formación necesaria y eficiente, para que los participantes tengan una pronta incorporación al mundo del trabajo.
Los itinerarios formativos responden a necesidades locales generadoras de empleo que detectan las entidades solicitantes, por sí mismas o en colaboración con los agentes sociales y entidades del Tercer Sector, para promover la inclusión social y la lucha contra cualquier forma de discriminación, poniendo especial énfasis en favorecer la igualdad de género y la no discriminación de colectivos desfavorecidos.
Se consideran desempleados de larga duración a las personas en situación de desempleo durante más de 6 meses continuos si son menores de 25 años, y a las personas en situación de desempleo durante más de 12 meses continuos si tienen una edad igual o superior a 25 años.
La formación es específica y también transversal. Específica con prácticas profesionales tutorizadas en entornos reales de trabajo, que en ningún caso pueden suponer una relación contractual laboral. Y transversal en materias como la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres; igualdad de trato, no discriminación y lucha contra la exclusión social; y desarrollo sostenible, respeto y cuidado del medio ambiente.