Durante los próximos días, como ha ocurrido en días anteriores, verán publicaciones, noticias, titulares y declaraciones intentando blanquear al personaje político en que se ha convertido Emiliano García-Page. Nada más lejos de la realidad.
La presión a los medios para vender que es el socialista moderado, con la falsa sensación de que está enfrentado con Sánchez no es más que un sainete pactado que se viene montando a su alrededor y que está dejando de funcionar. Una falsa apariencia que se va diluyendo al mismo ritmo que los castellanomanchegos pierden la venda que les ha impuesto el socialismo.
El último episodio, y quizás el que más me ha impactado por su desprecio a la democracia, es el que ha tenido lugar esta misma semana. Coincidiendo con la cumbre de presidentes en Santiago de Compostela, Page ha realizado una ronda de entrevistas nacionales donde ha vuelto a intentar interpretar el papel del socialista bueno.
Una frase ha resonado a lo ancho y largo de nuestro país dejando atónitos a todos aquellos que nos sentimos constitucionalistas. Page dijo sobre los pactos de Pedro Sánchez con Bildu y los independentistas que “si no queda más remedio es lo que se tiene que hacer”, así de crudas suenan las declaraciones de un Page que blanquea sin pudor los pactos de su partido por mantenerse en La Moncloa a cambio de prebendas a los que quieren romper España y son los herederos de Batasuna.
Y esto no es más que una de las muchas ocasiones en las que Page ha demostrado ser fiel lacayo de Sánchez, una marioneta silenciosa en Ferraz y que solo muestra su discrepancia ante la prensa y no donde lo tiene que hacer, votando en las cortes regionales.
Hasta en cuatro ocasiones Page ha votado en contra, por ejemplo, de condenar los indultos a los independentistas que quisieron romper España, o de proteger a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ahora que es un tema de actualidad, y de otros muchos asuntos. Su modus operandi siempre es el mismo, da un titular de prensa y luego vota en el sentido contrario en las Cortes Regionales.
En política pesa la palabra, si la tienes, pero sobre todo pesa el voto, y el voto de Page, reflejado en múltiples actas de las Cortes Regionales, es para Sánchez y apoyando sus políticas de pactos y cesiones.
Ya no engañan, no insistan en vendernos la distancia entre Page y Sánchez porque no existe, son uña y carne, son una misma persona y una misma mentalidad socialista que no es otra que mantenerse en el poder a cualquier precio. Sánchez dispone y Page ejecuta en Castilla-La Mancha, no solo ahí, también en las reuniones de presidentes autonómicos, donde va con el claro encargo de no permitir que se baje los impuestos a los españoles.
Page es la extensión de Sánchez a nivel autonómico donde no existe presión independentista, y sus titulares de prensa no cambian la realidad, porque es clara. Estamos ante presidentes que no dudan en mentirle a la cara a los españoles y al los castellanomanchegos si con ello pueden seguir en el sillón.