La violencia hacia la mujer se ha convertido, a lo largo de las décadas, en una lacra. A pesar de existir recursos para poder dar respuesta, haciéndola mucho más visible, los resultados no son los esperados y deberíamos preguntarnos por qué.
Sí, la sociedad es consciente de la necesidad de luchar contra la violencia hacia la mujer, pero esto no se ve reflejado en los datos actuales de asesinatos y denuncias. Esto es una clara consecuencia de la falta de concienciación y de las escasas herramientas con las que se cuenta para hacer frente a la situación. Sí, las campañas publicitarias son una gran idea, colaboran mucho, pero ¿Dónde queda la concienciación y el aprendizaje desde las edades más tempranas? ¿Estamos actuando correctamente con esos futuros jóvenes que deben desarrollarse en una sociedad mejor, siendo sensibilizados y educados desde la base?
Existe un avance en cuanto a las herramientas y recursos para hacer frente, aunque a veces ineficaces, para poder dar el paso y enfrentarnos a estas situaciones de las que antes no se podía hablar. Si hoy tenemos que seguir reivindicando este día es porque este año se han registrado 75.722 denuncias por violencia de género en España, o porque son 37 mujeres las que han perdido la vida por la violencia.
En Castilla la Mancha son 2.897 las denuncias por violencia de género y, aunque estos son los datos, queda mucho por hacer, porque la violencia va mucho más allá de las agresiones físicas, luchar contra la violencia psicológica es un pilar fundamental que desde los gobiernos socialistas ignoran y ante la que no adoptan medidas. Una autoestima baja, la culpa, indefensión, depresión, son algunos de los daños psicológicos que perduran en estas mujeres, un daño que debe ser tratado no solo con los recursos actuales, sino dando un mayor apoyo psicológico desde las instituciones públicas de manera continua, aunque ese es otro tema. Y no, no podemos quedarnos solo con el dato, porque ellas no lo son, no son números, son mujeres, hijas, hermanas, son mujeres que han visto dar un giro de 180 grados a su vida porque no han sido escuchadas, no tenían las herramientas para hacer frente o, simplemente, ellas no han decidido estar ahí.
Como he mencionado, este trabajo debe hacerse desde los más jóvenes, con programas de prevención, sensibilización y medidas que permitan desarrollar herramientas de actuación ante situaciones de violencia. Promover un crecimiento desde la educación en el respeto, valores e inteligencia emocional facilitará una sociedad igualitaria, sin distinciones, discriminaciones y violencia, en definitiva, una sociedad en paz para todos.
Unas medidas que ya venimos exigiendo e impulsando desde el Partido Popular de Paco Núñez, demostrando que nuestro rechazo a esa lacra que mancha nuestra sociedad, como es la violencia de género, es un problema que hay que extirpar de raíz, yendo a lo más hondo y empezando desde la infancia a educar en valores con el fin de poder contar, en algún momento, que la violencia de género ha pasado a la historia y que se ha conseguido erradicar.
Lamentablemente, tenemos que seguir celebrando todos los 25 de noviembre, pero estoy segura de que muy pronto acabaremos con este triste día.