Ya es el segundo año consecutivo en el que los vecinos de Tomelloso no pueden celebrar su Romería como en años anteriores, y aunque la noticia ha sentado como un jarro de agua fría, también es cierto que la vista hacia meses anteriores nos recuerda que la situación sanitaria ha mejorado en comparación con cómo nos encontrábamos en abril de 2020.
Aún tendremos que esperar otro año más para saber si esta será la última Romería virtual, pero lo que sí es cierto es que a pesar de las dificultades, la fe queda intacta. Hoy, desde enTomelloso.com, hemos hablado con el párroco José Carlos Redondo Ruiz, de la Parroquia de la Sagrada Familia, quien ha enviado un mensaje de esperanza a los vecinos del municipio.
EnTomelloso: Hace unas dos semanas conocíamos la noticia de que la Romería de Tomelloso no se celebraría este año como en ocasiones anteriores, ¿cómo has recibido la noticia?
José Carlos Redondo: La verdad es la que manda. Si lo comparamos con los años anteriores, nos falta la parte lúdica, que tiene su parte de importancia, de convivencia y alegría. Pero luego está todo lo esencial, que es lo religioso, y eso no cambia.
Lo religioso está, y es el motor principal de esta fiesta. ¿Que falta lo lúdico, la convivencia y poder juntarnos todos? Pues ciertamente se echa de menos, pero comparado con el año pasado estamos mejor.
ET: ¿Podríamos decir que este año hay más fe que otros anteriores?
JCR: Las situaciones de cruz y de dolor siempre despiertan la mirada transcendente y ponernos en la mirada de Dios, y, en este caso, también a través de María. Por un lado, para pedirle la fuerza que necesitamos para llenar de sentido el tiempo y las circunstancias difíciles que nos tocan vivir.
Por otro lado, para darle gracias por la vida, por compartir todo lo que vivimos. Darle gracias porque somos hermanos y ponernos todos mirando a María despierta en nosotros ese compartir lo que otros están sufriendo, y también compartir la alegría.
ET: Este es el segundo año consecutivo que, como párroco, no tienes ocasión de vivir la Romería como en años anteriores…
JCR: Cada año se encarga una parroquia de toda la organización religiosa con la Hermandad y a mí me tocó hace 5 años celebrarla como hemos hecho siempre, con el encuentro lúdico y la concentración en Pinilla. Este año se echa de menos eso, pero igual que se echa de menos poder encontrarnos con tranquilidad sin miedo a los contagios.
Creo que ese deseo de echar de menos lo que no tenemos despierta ofrecer el momento presente a Dios. Poner en las manos de Dios a todos los demás con los que no puedo estar, ya que no existe esa tranquilidad del encuentro con las personas. Pensar «Señor, hoy me toca pedirte en la distancia física por los que lo están pasando peor y agradecer el cariño de todos».
ET: Has tenido la oportunidad de vivir ambas romerías, tanto la presencial como la virutal, y lo cierto es que en ambas la fe no cambia.
JCR: He vivido las dos romerías. Ser diferente te lleva a ser más consciente de la importancia de la convivencia, agradecerla y pedir a Dios precisamente por esa convivencia sana, de enriquecimiento mutuo. No tenerla en el presente te lleva a hacer la oración desde el agradecimiento y la petición.
ET: ¿Qué expectativas se tienen para la Romería virtual de este año? ¿Crees que habrá buen recibimiento?
JCR: La referencia puede ser la del año pasado, que tuvo mucha acogida. En algunos casos, las familias ponían a las personas mayores una pantalla para poder rezar el rosario y celebrar la eucaristía virtualmente. Hubo mucha acogida ante la realidad que vivíamos y este año suponemos que será igual.
El peligro que tenemos es que como estamos mejor que el año pasado nos relajemos más. Por eso insistimos desde las parroquias para rezar juntos virtualmente, con los medios que se nos ofrece. Desde el año pasado creemos que hubo buena acogida, más incluso de la esperada, así que este año suponemos que seguirá la misma línea, o incluso más.
ET: ¿Qué expectativas tienes para las siguientes romerías?
JCR: Ojalá podamos ir recuperando esa normalidad o ese poder hacer la vida como la hemos venido haciendo hasta ahora. Creo que para otro año, vistas las expectativas, parece que podremos, aunque es hablar con mucho tiempo de antelación. El deseo te mueve a pedir que podamos encontrarnos, juntarnos y disfrutar del encuentro físico.
ET: ¿Qué mensaje de esperanza enviarías a los vecinos de Tomelloso?
JCR: Nada de nuestra vida, y especialmente el dolor o los límites que tenemos que vivir, se escapa de las manos de Dios. Eso da serenidad, paz y esperanza. Todo tiene sentido, y aunque yo ahora no lo entienda, lo entenderé.
Además creo que a Dios y María todo lo que vivimos les importa, no queda en saco roto. Todo lo que vivimos, y especialmente lo que estamos viviendo. Ya sea sufrimiento o deseos que no podemos realizar, todo queda en las manos de Dios, y con el tiempo descubriremos que será para bien, para todos. Descubriremos que esto también es una riqueza para todos, aunque sea a través de la cruz.