La libertad de dormir donde quieras, la despreocupación de olvidarte de meter algo en la maleta y la sensación de hogar que supone llevar tu casa a cuestas. Viajar en autocaravana aporta una gran cantidad de experiencias. La carretera pasa a ser tu amiga, pero lo es más aún cuando sabes que te llevará a tu próximo destino de viaje.
Proponemos un plan completo para conocer la provincia de Ciudad Real desde otra visión: sobre ruedas. Además, con un ingrediente que suma su calidad turística, ya que esta ruta no solo contemplará paisajes espectaculares, sino también parte del patrimonio que conforma la cultura de Ciudad Real.
Pero, ¿por dónde empezar la ruta? Esto dependerá de dónde quieras partir tu recorrido. Para ello, puedes fijarte en el mapa de ubicaciones de Áreas de Autocaravanas de la provincia y, a partir de ahí, escoger qué paradas prefieres hacer. También puedes descargar la APP de estas áreas en Google Play o App Store.
ALCÁZAR DE SAN JUAN
Alcázar de San Juan es un municipio de parada obligatoria. Ya desde lejos de su núcleo urbano presenta a sus «gigantes», a sus Molinos de viento. Sin duda, un símbolo clave de la cultura castellano-manchega que no podía faltar en esta ruta. Además, la visita al interior de los dos molinos musealizados es gratuita.
Una vez nos adentramos en su interior, el casco urbano de Alcázar de San Juan recoge diferentes monumentos históricos que conforman parte del patrimonio de la provincia: el Torreón del Gran Prior (construido en 1284 y declarado Bien de Interés Cultural en noviembre de 1990), la Iglesia Parroquial de Santa Quiteria (construida en el siglo XVI y declarada Patrimonio Protegido en octubre de 1991), la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor (el templo más antiguo de la ciudad), la Iglesia de San Francisco (declarada BIC en enero de 1991), el Antiguo Monasterio de Santa Clara (BIC desde marzo de 1982) y la Antigua Posada de Santo Domingo (un edificio rehabilitado del siglo XVIII).
PUERTO LÁPICE
A menos de 30 minutos por carretera desde Alcázar de San Juan, llegamos a Puerto Lápice, un municipio que durante la época de dominación romana fue considerado un punto estratégico que unía importantes ciudades del imperio. Es aquí donde jugó un papel clave la Calzada Romana, que conforma los restos conservados con más años del municipio.
La visita invita a parar también para conocer la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo y San Antón (construida en el año 1859) y la Plaza de la Constitución (también conocida como Plaza de España), lugar de reunión entre sus vecinos y centro de sus fiestas locales e, incluso, de obras de teatro.
CAMPO DE CRIPTANA
Continuando por la zona norte de la provincia, nos encontramos con Campo de Criptana, cuya Sierra de los Molinos se ha convertido en uno de los principales símbolos de la región. Se trata, por tanto, de la fiel imagen de la cultura del Quijote de la provincia.
A esto habría que sumar el Molino Sardinero (del siglo XVI), el único que entra dentro del casco urbano del municipio; el Molino Burleta (también del siglo XVI), en el que una vez al mes se representa una molienda tradicional; o el Molino Infante. Sin embargo, la visita no puede acabar sin antes conocer El Pósito Real (con el Museo Municipal en su interior) o el Santuario de la Virgen de Criptana, un paraje natural construido en 1513 ubicado a 2 km del municipio.
ARGAMASILLA DE ALBA
El camino de esta ruta nos lleva a un municipio que durante años se ha reivindicado como «el lugar de la Mancha» de El Quijote: Argamasilla de Alba. A manos de nuestra caravana, el desvío nos lleva un poco hacia el sur para hacer una parada en la Cueva Prisión de Medrano. Un edificio clave en la vida de Miguel de Cervantes no podía faltar como destino de turismo cultural. Declarada Bien de Interés Cultural el 26 de octubre de 1972, cuenta con elementos que representan la clásica casa manchega: sótanos encalados frescos en verano y calientes en invierno.
Sin duda, dos elementos clave de la cultura de Argamasilla son el Castillo de Peñarroya, construido sobre un acantilado y donde se haya la presa del embalse; y el Santuario de la Virgen de Peñarroya, ubicado junto al castillo y rodeado de un paisaje de arbustos al lado del río Guadiana.
LA SOLANA
Tras haber pasado (de manera opcional) por Ruidera y contemplar la Casa del Rey (un edificio del siglo XVIII y que fue construido por Don Juan de Villanueva por órden del rey Carlos III), la siguiente parada nos lleva hasta La Solana. Con una mezcla de estilos, formas y colores, un paseo por el municipio nos lleva a parar en su Plaza Mayor, declarada Bien de Interés Cultural.
Es en ella donde se encuentra la Iglesia de Santa Catalina, de estilo gótico tardío y cuya construcción finalizó en 1524. Ambos son grandes símbolos de La Solana y de su cultura, pero también lo es el templo religioso más antiguo del municipio: la Ermita de San Sebastián. De estilo gótico temprano, fue construida entre el siglo XIV y el siglo XV, y actualmente es Monumento Histórico Artístico Nacional.
Siendo antiguamente «la Casa de Don Diego», el Palacete de los Condes de Casa Valiente también se ha convertido en un elemento del patrimonio cultural de la provincia. Con una fachada señorial y con un patio con columnas dóricas en su interior, pasó a manos del ayuntamiento en la década de los 90, por lo que se convirtió en un edificio turístico accesible para todos.
Estas son solo algunas de las posibles paradas que pueden incluirse en tu ruta. Sin embargo, solo conforman una parte de todo lo que la cultura de la provincia de Ciudad Real puede aportar, por lo que de momento pueden servir para abrir el apetito de seguir conociendo más sobre nuestra tierra y su historia.
No obstante, quedan en el tintero muchas otras opciones por descubrir, lo que demuestra que Ciudad Real tiene mucho que enseñarnos si nos disponemos a emprender nuestra «Cultura sobre ruedas».
