Son ya numerosas las ciudades que han reabierto fuentes, grifos y caños de agua potable en la vía pública y en las zonas verdes, devolviendo así una imagen que durante más de un año no fue posible por las medidas COVID-19. El hecho de estar fuera de servicio no admite ninguna justificación a pocos días de que comience el verano, que la AEMET augura muy caluroso y seco.
También compromete la actividad vital de las aves, ya sean residentes o estivales, presentes en nuestros parques, justo en estos momentos, volcadas por completo en la reproducción. Las fuentes de agua potable dan lugar a pequeños charcos, representando un seguro para su hidratación en una época de escasa pluviometría. Fuera de esto, tienen pocas posibilidades de acceder a un recurso indispensable para su supervivencia.
Ya el año pasado, Ecologistas en Acción-Ciudad Real llamó la atención sobre este asunto. Si bien era poco probable entonces la reapertura de las fuentes, se propuso como alternativa la creación de bebederos y charcos a disposición de las aves, en superficies de escasa pendiente y porosidad, en el Parque de la Constitución, en el Parque Urbano Martínez, y en la Ciudad Deportiva. Una medida excepcional que no comportaba una gran complicación operativa, bastando la utilización de un camión cisterna. La Concejalía de Medio Ambiente desoyó las recomendaciones.
En las últimas décadas, las aves asociadas a entornos humanizados han sufrido una reducción de sus poblaciones por culpa de la contaminación, las transformaciones urbanísticas, la aparición de especies exóticas invasoras, las colonias de gatos, y el cambio climático. Las Administraciones públicas tienen la obligación no solo de protegerlas, sino de recuperar, mejorar o recrear las condiciones de habitabilidad que precisan, dando así una oportunidad a la biodiversidad más próxima y querenciosa de nuestra compañía. La desaparición de remansos de agua, por pequeños que sean, en los parques y áreas ajardinadas, constituye una barrera más para la avifauna urbana.
Ecologistas en Acción-Ciudad Real impele a los responsables municipales a la inmediata rehabilitación de las fuentes de agua potable (con más razón ahora, una vez que se ha probado que el virus no se contagia por contacto en superficies) o, en su defecto, a la adecuación de charcos en las zonas verdes, siempre y cuando se haga con regularidad.