Te preocupas por tu salud y el bienestar de tu familia, eliges alimentos saludables… y para la hora de la merienda, buscas algo sano para meter en la mochila de tus hijos, ¿qué tal un zumo? Un brik pequeño con una pajita es fácil de transportar, no se estropea y, al fin y al cabo, viene a ser como si tomara fruta.
Un zumo no es como tomar fruta
La fruta no puede faltar en una correcta alimentación. Pero ¿es lo mismo tomar fruta que un zumo? Pues no: un zumo tiene mucho más azúcar y bastante menos fibra.
Para obtener un vaso de zumo de unos 200 ml empleamos entre 2 y 3 naranjas. Esto supone que el contenido de azúcares del zumo será siempre mayor.
En un zumo, la presencia de fibra es prácticamente nula y los azúcares se encuentran libres en el medio, mientras que una pieza de fruta contiene toda su fibra y los azúcares están embebidos dentro de la estructura de la propia fruta, por lo que el pico de glucemia está mucho más atenuado.
En OCU han analizado el etiquetado y composición nutricional de 97 zumos en envase individual, de entre 200 y 330 ml, muy habituales en las meriendas de los niños. Seleccionamos sabores del gusto infantil, como naranja, melocotón, uva, piña o manzana, y valoramos su composición nutricional a la luz del etiquetado. En el estudio se han incluido marcas del propio establecimiento donde se venden: Ahorramás, Alcampo, Aldi, Carrefour, Dia, Eroski, Lidl y Mercadona, a las que se suman las marcas Capri-Sun, Don Simón, Granini, Juver, La Verja, Pascual y Zumosol. En total, 15 marcas.
Los productos se pueden segmentar en 5 categorías con características bien diferentes entre sí. Algunos son de verdad zumos… y otros poco más que un refresco.
Pero no es tan fácil reconocerlas: los zumos exprimidos sí destacan la denominación de «zumo exprimido» en el frontal, pero no es fácil identificar los demás productos. Y tampoco ayudan el tamaño de la letra y la información que dan: mientras los fabricantes no mejoren esta cuestión, tendrás que fijarte bien en el tipo de zumo que eliges.
Zumos exprimidos
Son los zumos resultantes de exprimir las frutas, lo más parecido a los zumos caseros. No llevan aditivos, solo fruta exprimida. Son los menos abundantes en los supermercados.
Zumos procedentes de concentrado
Se elaboran añadiendo agua a un concentrado de zumo. Los concentrados vienen en su mayoría de fuera de España, de zonas productoras de frutas: allí exprimen la fruta y quitan el agua del zumo (lo concentran) para evitar almacenar y transportar agua. Los zumos procedentes de concentrado no llevan aditivos, pero el 80% de los analizados añade vitamina C, porque se ha podido perder durante el proceso de concentración; la vitamina C ejerce, además, un papel de antioxidante en el producto. La gran mayoría de los zumos que hay en los supermercados procede de este tipo de concentrados.
Néctares de frutas
Los néctares de fruta son productos elaborados a partir de un determinado porcentaje mínimo de fruta establecido por normativa; por ejemplo, en néctares de naranja, manzana o melocotón es al menos del 50%. A la fruta se añade agua y azúcar o edulcorantes. Cuando indican “sin azúcares añadidos”, significa que están libres de azúcar y también de edulcorantes. El 90% de los néctares analizados lleva aditivos añadidos, principalmente una mezcla de acidulantes, antioxidantes y edulcorantes. Y la mitad incluye además vitamina C o mezclas de vitaminas A, C y E.
Bebidas a base de zumo
Son bebidas parecidas a los néctares, pero no pueden denominarse así porque presentan la alegación “sin azúcares añadidos” y usan edulcorantes o también porque no cumplen con el requisito mínimo del porcentaje de fruta. Los porcentajes de fruta son muy variables según la marca, entre el 7 y 70%. Los más bajos corresponden a Capri-Sun, alrededor del 10%, lo que viene a ser un refresco con nulo interés nutricional.
Todas estas bebidas emplea aditivos, colorantes, acidulantes, antioxidantes y edulcorantes, y más de la mitad además incluye vitamina C o mezclas de vitaminas A, C y E. Algún fabricante incluso declara Provitamina A, que no deja de ser un betacaroteno usado como colorante.
Bebidas a base de zumo y leche
Se pusieron de moda hace unos años y desde entonces la oferta no ha parado de aumentar. Su contenido en zumo varía entre el 7 y 41%, mientras que el de la leche es incluso menor, con valores que oscilan entre el 3 y 15%; el resto del producto (la mayoría de él) es agua.
Atención a la palabra «Zero» que aparece en muchos de estos productos: en la mayor parte de ellos hace referencia a 0% de grasa por usar leche desnatada, no hay que confundir con que no lleven azúcar. Todos los productos añaden aditivos (colorantes, acidulantes, antioxidantes, estabilizantes y edulcorantes), salvo los de Bifrutas de Pascual, que, además de no llevar aditivos, puede presumir de tener las bebidas con el porcentaje de zumo más elevado (41%), si bien la leche es escasa como en el resto. Todos los productos, excepto uno de la marca Juver, se enriquecen en vitamina C o una mezcla de vitaminas A, C y E, incluso alguna marca añade Provitamina A, que se suele emplear como colorante.