El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado este martes que aunque «ahora la gente se inventa todos los días un término» -en relación al nuevo concepto acuñado por los socialistas de ‘España multinivel’-, España «es lo que pone la Constitución y ya está».
«La Constitución admite hasta un nivel de tontería política enorme», ha añadido, precisando, no obstante, que no es ilimitada, sino que tiene límites «y hay que defenderla entre todos».
Sobre la próxima Conferencia de Presidentes del viernes, a la que no acudirá el presidente de Cataluña, Pere Aragonès, el presidente regional ha defendido «su derecho de no ir», aunque ha opinado que sí debería hacerlo. «No tendría ningún problema en asistir supongo más allá de que están muy esclavos de su propia retórica».
A su juicio, es compatible estar en un foro de este nivel y seguir pidiendo irse del Estado, defender el independentismo, y «mantener un diálogo con el Gobierno de España a otros efectos, vaya donde vaya, que yo creo que va a ir a poco sitios», ha asumido.
En cuanto al contenido de la cita, que se celebrará en Salamanca, ha defendido la necesidad de «intentar consensuar los objetivos de Estado a compartir entre el Estado y las comunidades autónomas», definir cuál es el escenario de debate que va a haber en los próximos seis meses y marcar unos objetivos que puedan ser revisables.
«Lo que no puede ser es un pim pam pum, gobierne quien gobierne, para ver quién defiende a su partido o quién es un poquito más abertzale», ha abundado el dirigente socialista, que ha abogado por «quedarse con lo que va sobre la mesa, sobre si en algunos aspectos podemos ir avanzando».
DEBATE QUE «ACABARÁ EN NADA»
De hecho, ha admitido que en un encuentro como este «fijar criterios sobre la financiación autonómica es casi metafísicamente imposible, porque estamos en desacuerdo unos con otros». Por ello, ha apostado por «dejar claro para qué se quiere una Conferencia de Presidentes» en el sentido de «una lealtad entre gobiernos que se pasan información, que fijan criterios y que establecen, no consignas sino objetivos, al máximo nivel del Estado».
De otro lado, preguntado por si considera que dialogar con la Generalitat de Cataluña no va a servir, Emiliano García-Page ha explicado que «los términos de los debates tienen muchos conceptos: charla, conversación, diálogo, negociación» y que si se habla de negociación «tendrá que dejarse claro qué no es negociable» porque «hay cosas que afectan al conjunto de los españoles y tenemos que decidir entre todos».
«Hablar o intentar pactar cómo romper o saltarse la Constitución es metafísicamente imposible» es «hacer un debate insulso que acabará en nada, lo cual es compatible con el hecho de mantener circuitos de conversación y diálogo», ha asumido, convencido de que «las buenas maneras son mucho mejor que las malas» ya que «las malas formas no han hecho nada más que inflamar» y las encuestas «ya recogen una fatiga inmensa de las bases independentistas que están preparadas para el insulto, pero no para los abrazos».