El vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha formalizado este jueves la entrega de su acta de diputado en el Congreso, aunque para poder votar en la sesión plenaria de esta semana, su renuncia será efectiva desde este viernes, 26 de marzo.
Iglesias ejecuta así el anuncio que hizo en la sesión de control, cuando dijo que dejaría su escaño incluso antes dimitir como vicepresidente del Gobierno, algo que tendrá que hacer a más tardar el próximo día 31 de marzo, fecha tope para la presentación de las candidaturas para las elecciones madrileñas del próximo 4 de mayo.
Con su decisión de dejar el escaño en los próximos días, Iglesias renunciará también a la inmunidad parlamentaria que le brinda su condición de parlamentario nacional. Si hubiera optado por mantenerse como diputado hasta la constitución de la nueva Cámara regional podría haber enlazado su aforamiento como miembro del Congreso con el que recuperará el 8 de junio si logra escaño en la Asamblea madrileña.
Su sustituta será previsiblemente la sindicalista Mercedes Pérez Merino, que participó en el movimiento ‘Coca-Cola en lucha’ contra el ERE que se planteó en su día en la planta de Fuenlabrada y ya fue elegida diputada. En los últimos comicios concurrió en el puesto número 6 en la lista de Unidas Podemos por la circunscripción de Madrid.
En todo caso, el aún vicepresidente segundo se despidió este miércoles del Pleno del Congreso de los Diputados en su última intervención en la sesión de control, en la que quiso recordar a aquella generación de españoles que se «jugaron la vida» para devolver a España la «democracia arrebata» durante el franquismo.
«Mis últimas palabras en la tribuna que sean de homenaje a esa generación de españoles», ensalzó el líder de Podemos para destacar su papel para terminar con el «fascismo» y traer la «justicia social». «Porque fueron, somos; porque somos, serán», zanjó.
LA SEMANA QUE VIENE DEJA EL GOBIERNO
También está previsto que su último Consejo de Ministros sea el próximo martes, para cumplir con la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid, que considera «ineligibles» a los candidatos que sean miembros del Gobierno estatal una vez que se presenten las listas electorales, plazo que expira el 31 de marzo.
La dimisión del líder de Podemos la próxima semana precipitará a su vez la segunda remodelación del Gobierno que debe acometer el presidente, Pedro Sánchez, desde que se conformó la coalición en enero del año pasado. El traspaso de carteras se producirá ese mismo martes o, más tardar, el miércoles.
En esta ocasión, los cambios consistirán en que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pasará a ser vicepresidenta, convirtiéndose en la principal interlocutora de Unidas Podemos dentro del Gobierno. No obstante, ya no ocupará la vicepresidencia segunda, como Iglesias, sino la tercera, para no quedar por encima de la responsable del área económica del Ejecutivo, Nadia Calviño, que ahora será la segunda vicepresidenta.
Además, y conforme a los planes, el cargo de ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 pasará a la actual secretaria de Estado de Agenda 2030, Ione Belarra.
QUERÍA DEJAR ENCARRILADA LA LEY DE VIVIENDA
El contenido de la ley electoral madrileña norma altera los planes que en un principio tenía Iglesias, que pasaban de seguir en el Gobierno un mes más y dejar su cargo de vicepresidente a mediados de abril, justo antes de que arrancara la campaña electoral.
En una entrevista en Telecinco, Iglesias comentó que dejaría el escaño en un momento simbólico, si bien no concretó cuándo tenía pensado hacerlo. «Cada cosa a su tiempo», apuntó cuando se le preguntó si barajaba hacerlo el 14 de abril, que es el aniversario de la proclamación de la II República de 1931.
Y es que Iglesias se había marcado como objetivo que su último mes en el Ejecutivo sirviera para dejar encarrilada la ley de vivienda, la ley trans o algunos aspectos de la derogación de la reforma laboral; cuestiones todas con las que Unidas Podemos mantiene discrepancias con el PSOE.
Con su salto a la política madrileña, Iglesias propuso a Díaz para el futuro liderazgo de Unidas Podemos y la titular de Trabajo será la principal voz de Unidas Podemos dentro del Gobierno. No obstante y en el plano orgánico, Iglesias de momento mantendrá el cargo de secretario general de Podemos. El encaje de Díaz en los órganos de dirección de la confluencia, en los que puede participar mediante la mesa confederal de Unidas Podemos, se debatirán tras las elecciones madrileñas.
De todas formas, a corto plazo Iglesias seguirá como líder de la formación morada, por lo que habrá una cierta bicefalia entre partido y Ejecutivo.