La Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla-La Mancha ha registrado telemáticamente una carta en Presidencia de la Junta en la que piden al presidente regional, Emiliano García-page, de cara a la Semana Santa, que se mantenga el toque de queda a las 00.00 horas y el horario de cierre de estos negocios a las 23.00 horas, que está vigente desde el pasado miércoles 3 de marzo.
Una situación que se verá agravada «por un posible adelanto del toque de queda a las 22.00 horas con un más que probable cierre de los locales de hostelería a las 21.00 horas, así como, la limitación a cuatro personas de los grupos», añaden.
«Con fechas importantes para el turismo y la hostelería», se muestran conscientes del difícil equilibrio entre la protección de la salud pública y la economía, donde prima lo primero. «Si los expertos opinan que es preciso mantener cerradas las comunidades autónomas, la hostelería en general y las de las zonas turísticas en particular sufrirá un nuevo y serio varapalo», aseguran.
Si así fuera, la hostelería de la región «volvería a dar un paso atrás» cuando se están «recuperando de semanas de cierre», todavía con una limitación de aforo en interiores al 50% y sin servicio de barra.
«Por un momento, imaginemos cómo las empresas hosteleras van a poder sobrevivir a una nueva suspensión de la Semana Santa, especialmente en aquellas localidades donde por ser fiesta de interés turístico internacional, nacional o regional, se llenaban de turistas y visitantes. ¿Podrán soportar los hosteleros de Cuenca o Toledo una nueva pérdida de facturación, tras un año de pandemia que literalmente ha arrasado su actividad turística?», han lamentado.
A su juicio, «si los castellanos-manchegos no pueden salir de la región, si como parece desde la Dirección General de Turismo se va a poner en marcha una campaña para animar a visitar esta tierra, no tiene ningún sentido obligar a los ciudadanos a que se recluyan a las 22.00 horas en sus domicilios o en las habitaciones de los establecimientos de hospedaje».
«Créanos señor presidente, a la hostelería de Castilla-La Mancha no le sobra nada, es más, está ávida de trabajar en unas condiciones de mínima rentabilidad y desde luego no puede permitirse el lujo de prescindir del servicio de cenas y cerrar sus locales a las 21.00 horas», inciden desde el sector.
Rechazan que algunos piensen que solo tienen «la vista puesta en la caja registradora», y defienden que también son «ciudadanos, que tienen hijos, padres, abuelos, , en definitiva, familia», que pueden enfermar e incluso «tener un fatal desenlace».
«La salud de todos y la nuestra nos preocupa mucho, pero estamos convencidos de que existe un punto de convivencia entre su protección y el mantenimiento, al menos, de una línea de vida que nos permita sujetar nuestros establecimientos y nuestros niveles de empleo hasta que recuperemos la normalidad», reclaman a García-Page.