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lunes, 11 noviembre
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Simón considera «un paso atrás» dejar la mascarilla antes de que el 70% de la población esté vacunada

Admite que investigar las razones de la pandemia no va a ser fácil porque aún hay muchos sentimientos, muchas peleas e incluso intereses

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha defendido este miércoles que el proceso de vacunación en España va muy bien, pero el futuro no solo lo determina la vacunación. De ahí que haya avisado de que dejar de usar la mascarilla supondrá «dar un paso atrás», hasta que al menos no haya más de un 70 por ciento población vacunada.

Simón, que ha participado como ponente en un ciclo de conferencias en Ciudad Real, ha reconocido que el futuro es muy incierto, pues «todo son preguntas», al tiempo que ha defendido que el futuro pasa por la vacunación y por mantener las medidas de control el tiempo suficiente hasta que la vacuna permita controlar el problema.

«La vacunación va bien, pero el fututo no lo determina solo la vacunación. La inmunidad no solo se puede obtener por vacuna, porque no todos los vacunados se inmunizan, también por haber pasado la enfermedad», ha precisado Simón, que ha explicado que a fecha de noviembre, se estimaba que el 9,9% de la población era inmune, estadística que oscila entre el 15,4 y 15,8 en estos momentos por haber pasado la enfermedad.

«También tenemos inmunes vacunados, con la primera dosis el 12,8% de la población, que da una inmunidad del 75%, y con la segunda dosis, que produce una inmunidad de alrededor del 90%, un 12,5%. Ahora tenemos entre el 40,3 y 40,6 por ciento de nuestra población inmune por vacunación y la inmunidad crece al día con la vacuna un 1%», ha detallado.

«Si 40 de cada cien posibles casos los eliminamos por inmunidad, con la mascarilla, la distancia de seguridad y el buen comportamiento eliminamos un 20, un 30%. No lo sabemos, la probabilidad de infecciones es cada día menor, la inmunidad de rebaño la conseguiremos, si mantenemos el uso de mascarillas, bastante antes de lo que pensamos, pero será de forma inestable. Dejar la mascarilla supondrá dar un paso atrás hasta que no tengamos al menos más de un 70 por ciento población vacunada. Pero no estamos tan lejos», ha reconocido el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.

Respecto a cómo van a afectar las variantes, ha defendido que habrá que crear nuevas vacunas de siguiente generación que permitan controlar esas variantes que se escapan a las vacunas de ahora. «Pero no sabemos realmente qué va a pasar», ha admitido.

DIFICULTAD DE DETERMINAR CAUSAS

En otro orden de cosas, y tras asegurar que la epidemia es «gorda», Fernando Simón ha afirmado que lo interesante no es la magnitud sino la variabilidad por comunidades autónomas, pues la epidemia ha afectado de forma muy diferente a los diferentes territorios.

«Algunas de las razones las intuimos, algunas creemos conocerlas pero otras muchas habrá que investigarlas, discutirlas con mucha humildad y no va a ser fácil porque todavía hay muchos sentimientos, muchas peleas, incluso intereses que no van a facilitar para nada una evaluación correcta de todo lo que ha pasado, ni aquí ni en Francia, Alemania o Italia. Aprenderemos mucho, pero no va a ser fácil aprenderlo todo», ha avisado.

De igual modo, y preguntado en el turno de preguntas sobre cómo evitar el bloqueo de materiales, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha indicado que se las instituciones lo intentan, pero detrás «hay muchos intereses económicos», pues es muy fácil durante pandemia convencer a las empresas.

A modo de anécdota, ha relatado que el Gobierno de España consiguió convencer a una empresa china para que montase una línea de producción de mascarillas. «Consiguió comprar una máquina para hacer mascarillas en China, único país que las hace. También convenció a una empresa para que montará la cadena de producción, algo que se podría dilatar a una semana. El caso es que cuando la maquina iba en unos camiones para montarla en un avión del Ejercito español que había ido a recogerla, en la puerta del aeropuerto, no recuerdo si fueron los servicios secretos de la Embajada de Francia o de Estados Unidos, les ofrecieron el doble de dinero por llevar esa máquina a los aviones de sus países. Y eso pasó con montones de cosas», ha concluido.

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