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miércoles, 18 diciembre
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En Castilla-La Mancha, viaja a través del tiempo y descubre tu mundo interior

¿Alguna vez has querido convertirte en un viajero del tiempo y empaparte de historia? Cada rincón de Castilla-La Mancha es una oportunidad para viajar al pasado. En nuestra región puedes disfrutar de lugares monumentales en los que prosperaron civilizaciones, convivieron culturas, se libraron grandes batallas o se forjaron mitos literarios. ¿Te lo vas a perder? ¡Comienza nuestro viaje!

Sumérgete en la historia de antiguas civilizaciones

El esplendor de la antigua Roma pervive en tierras castellano-manchegas con restos sorprendentes y bien conservados.

En la provincia de Cuenca, al conocido Parque Arqueológico de Segóbriga, que alberga un impresionante teatro y anfiteatro, se une la espectacular villa de Noheda, en el municipio de Villar de Domingo García, donde se puede admirar el mayor mosaico figurativo del Imperio. La ruta turística romana en esta provincia incluye también los yacimientos de Ercávica y Valeria y las minas romanas de “lapis specularis” (yeso cristalizado) como la de La Condenada, en Osa de la Vega.

En Toledo, el Parque Arqueológico de Carranque te permitirá disfrutar de una de las más importantes colecciones de mosaicos romanos del país.

En Albacete, el Parque Arqueológico de Tolmo de Minateda, en Hellín, es el conjunto arqueológico más importante de esta provincia, en la que también podrás visitar la monumental ciudad iberorromana de Libisosa.

En Guadalajara, una visita al Parque Arqueológico de Recópolis, en Zorita de los Canes, te transportará a la época de los visigodos.

Y en Ciudad Real, en el Cerro de las Cabezas (Valdepeñas), descubrirás una de las pocas ciudades íberas íntegramente conservadas. En Daimiel, encontrarás el yacimiento más representativo de la Edad del Bronce en La Mancha, La Motilla del Azuer, el pozo de agua más antiguo de la Península Ibérica. Y en el Parque Arqueológico de Alarcos, podrás observar la línea del tiempo que va desde la época ibérica hasta el Medievo y conocer más sobre la última gran victoria musulmana.

Descubre una herencia con Patrimonio

Nuestra región oculta hasta cuatro lugares y conjuntos artísticos declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La primera parada obligatoria en este recorrido es Toledo. La Ciudad de las Tres Culturas, porque en ella cohabitaron cristianos, judíos y musulmanes en tiempos de paz y prosperidad, y Ciudad Imperial de Carlos I, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Diez años más tarde lo conseguía Cuenca, la segunda ciudad declarada Patrimonio de Castilla-La Mancha, en la que el casco antiguo es ejemplo de ciudad medieval fortificada, conservando su paisaje urbano original.

Ambas ciudades consiguen además conquistar a los amantes del arte moderno, ya que son sede de la colección Roberto Polo (CORPO), con obras de las vanguardias europeas de principios del siglo XX, nunca expuestas hasta ahora.

El recorrido por lugares Patrimonio de la Humanidad te llevará también a Almadén. Su mina, que se formó hace millones de años, es hoy un Parque Minero visitable en el que se puede descender a las entrañas de la tierra, hasta 50 metros de profundidad. Para conocer el duro trabajo de la minería puedes visitar también el Hospital de San Rafael y la Cárcel de Forzados.

Torre de Gazate Airén

Y para descubrir cómo el hombre prehistórico hace miles de años ya sentía sensibilidad por la belleza y la plasmación artística, puedes acercarte a las localidades de Hellín, Nerpio, Ayna, Fuencaliente, Alpera, Riba de Saelices…porque el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, es también Patrimonio de la Humanidad.

Y no puedes terminar este recorrido, sin detenerte en Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo para adquirir, como recuerdo, piezas de su cerámica, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2019.

Castillos, castillos y más castillos…

Estas grandes fortalezas y sus piedras han sido “testigos mudos” que hablan de tiempos de batallas, señores feudales y órdenes militares. Son muchos los que se reparten por las cinco provincias de Castilla-La Mancha y algunos de ellos se encuentran en un magnífico estado de conservación.

Es el caso del Castillo de Belmonte (Cuenca), construido por el Marqués de Villena en 1465 y reconstruido en el siglo XIX por Eugenia de Montijo, esposa del emperador Napoleón III, está restaurado por completo y acoge recreaciones históricas y combates medievales.

Si quieres hacer noche, los Castillos de Oropesa (Toledo), Sigüenza (Guadalajara) y Alarcón (Cuenca) albergan actualmente Paradores de Turismo.

En Guadalajara, el castillo de Torija fue construido antes del uso de la artillería, por eso presenta unas altas murallas construidas para dificultar el acceso de los asaltantes; y en Ciudad Real, en la fortaleza de Calatrava la Nueva, en Aldea del Rey, sorprende el ingenio de la Orden de Calatrava para dominar los territorios.

En Yeste (Albacete) hay un monumental castillo de origen andalusí, de imprescindible visita para conocer cómo disponían sus ciudades los musulmanes en torno a una fortaleza, y su evolución hasta convertirse en residencia palaciega tras la conquista cristiana.

Y si lo que quieres es convertirte en un auténtico guerrero medieval, nada como realizar la visita teatralizada en el Castillo de Consuegra (Toledo).

En la Tierra del Quijote

Los gigantes contra los que Don Quijote batalló no eran más que molinos de viento, hoy majestuosos testigos que nos recuerdan épocas medievales en las que el hombre castellano desarrolló nuevas técnicas para moler el grano.

La ruta por estos emblemáticos villanos de fantasía que aún pueblan nuestra región está formada actualmente por más de 50, muchos de ellos visitables. Para contemplarlos y conocer su funcionamiento hay que visitar Campo de Criptana, Alcázar de San Juan, Consuegra, Puerto Lápice, Herencia, Madridejos, Tembleque, Belmonte, Mota del Cuervo, El Romeral, Los Yébenes, Munera…

Plazas con encanto

Las plazas han sido siempre el corazón neurálgico de pueblos y ciudades. En 1480 los Reyes Católicos decretaron que la «plaza mayor» fuera el lugar de una población con suficiente espacio abierto para celebrar el mercado y en el que debía instalarse el Ayuntamiento.

En Castilla-La Mancha podemos visitar algunas tan singulares como las plazas barrocas de Ocaña -la tercera plaza más grande de España-, y de Tembleque; las renacentistas de Sigüenza, Alcaraz o de San Clemente; la plaza triangular de Atienza, la típica plaza castellana de Puebla de Montalbán o la neoclásica de Villanueva de los Infantes.

¡No lo olvides! Este verano, los vestigios de nuestro pasado, testigos de las culturas y civilizaciones que se asentaron en lo que hoy es nuestra región, te ofrecerán la experiencia más deseada y te ayudarán a descubrir tu mundo interior.

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