Con motivo del reciente fallecimiento del director de cine José Luis Cuerda, muchos han sido los turistas llegados de todas las provincias limítrofes, y de toda la geografía nacional, que han vuelto a recorrer los escenarios de la Sierra del Segura en los que se rodó una de las películas ya míticas del cine español, Amanece que no es poco, cuyo sentido del humor -entre socarrón y surrealista, tan definitorio del carácter manchego-, ha ido dejando huella generación tras generación.
Aquel rodaje de José Luis Cuerda, que abrió el abanico a la participación de un nutrido grupo de paisanos que ocasionalmente arropábamos a aquel elenco de actores consagrados, encabezados por los geniales José Sazatornil, Luis Ciges, Antonio Resines, Pastora Vega o Manuel Alexandre y tantos otros, fue una revolución que hoy en día, tan sólo 32 años después de su rodaje, tendría la dificultad añadida de encontrar los perfiles originales que buscaba el gran cineasta albacetense, por la sencilla razón de que la población ayniega ha ido cayendo en picado desde entonces, hasta un cincuenta por ciento. Si en aquellos años los vecinos de Aýna rondábamos los 1.200, hoy tan sólo contamos con 600, y apenas catorce escolares reúnen hoy las aulas del Colegio Rural Agrupado.
El descenso vertiginoso de población en nuestros pueblos, con casas y puertas cerradas (quizás para siempre), que no resisten ya el paso del tiempo, nos obligan a todos a replantear urgentemente hacia dónde queremos ir y hasta dónde podríamos llegar, si no queremos hacer de Aýna y de otros municipios de la comarca, una especie de parque temático donde apenas quede el señuelo de unas gentes y de unos rincones que ya son historia del cine español, como ocurre en el desierto almeriense de Tabernas, escenario de legendarias películas del antiguo Western, donde apenas crecen plantas por la aridez del terreno.
A diferencia de Tabernas, la Sierra del Segura en la provincia de Albacete alberga vegetación, agua y un patrimonio natural espectacular que tiene vida por sí misma, pero que requiere de la obligada intervención de las Administraciones Públicas para que nuestros pueblos sigan siendo una fuente de aprovechamiento de su riqueza, de turismo, de bienestar y también de iniciativas para formar proyectos de empleo y fijar residentes.
Para ello, los servicios y las obras no pueden quedar al albur de decisiones políticas que, sin entrar en el fondo o en la forma, requieren de una óptica bien distinta. Dicho de otra forma, no podemos sustituir los Planes de Obras y Servicios (alumbrado público, redes de abastecimiento de agua potable, alcantarillado y saneamiento, acerado y pavimentación de calles, colegios públicos, consultorios médicos, accesos a edificios, cementerio municipal, zonas verdes… ) única competencia propia de las Diputaciones Provinciales, por comisiones de estudio o pactos contra la Despoblación y el Reto Demográfico, por muy bien que quede el epígrafe.
Nuestros pueblos, nuestro Medio Rural, necesita de inversiones, a través de los Planes Provinciales de Obras y Servicios (los conocidos POS) y también de un sistema de financiación público decidido, a través de las Comunidades Autónomas, que atienda las prioridades de la dispersión geográfica, y a los municipios más pequeños. Un sistema de financiación que atienda al territorio y a la población, con mucha preferencia sobre los nacionalismos y las nacionalidades. Y es ahí donde el Partido Popular es garantía de solidaridad territorial, de vertebración de las provincias y de las regiones, de unidad del país en el sentido más equilibrado y justo del término unidad.
No es ni con más deuda, ni con publicación de balanzas fiscales, como se combate la despoblación en Aýna y otros municipios de la Sierra del Segura o de Castilla-La Mancha, sino con más calidad de vida, más servicios a las familias, más emprendimiento, mejores comunicaciones, y más solidaridad entre los territorios de nuestro país, España. No habrá plan estratégico contra la Despoblación que funcione sin la unánime participación y la colaboración de todas las Comunidades Autónomas de España, pero también de los agentes sociales, organizaciones profesionales agrarias, asociaciones empresariales de Hostelería y Turismo, etc.
Y en esta iniciativa, el Partido Popular es sinónimo de revitalizar nuestros pueblos, de conservación del Medio Rural, de sus tradiciones y costumbres, de sus fiestas, y de nuevas oportunidades para los que no nos resignamos a convertir a nuestros municipios en un reguero de parques temáticos sin vida, sin niños, sin gente, sin obras, sin servicios.
Juan Ángel Martínez
Alcalde de Aýna, Albacete