Y es que si la Romería tiene su importancia, la tradición de celebrar San Marcos en Tomelloso también, aunque solo sea comiéndonos el hornazo.
La conmemoración de San Marcos en Tomelloso viene de lejos, en la que se celebra el paso del invierno a la primavera. Y como no podía ser de otra forma, en toda fiesta que se precie la comida está presente y, en esta ocasión, en forma de hornazo.
El hornazo (para que se enteren los ‘forasteros’) es un bollo con masa de brioche, una torta dulce, con un huevo duro en el centro (o muchos, como los que suelen preparar cada año en J. Sánchez).
Hace muchos años, la tradición mandaba a comerse el hornazo en el campo, cuando se salía a los sembrados a “atarle los pelos al diablo”, que era el ancestral responsable de la meteorología y las plagas que arruinan las cosechas. A partir de la llegada de la Virgen de las Viñas a Pinilla, la costumbre pasó a ser ir a comerse el hornazo a Pinilla, convirtiéndose en tradición llegar hasta allí andando por «los montones» y ponerse chorreantes de agua tirando globos, que se recargaban en la hilera de grifos junto al pozo de Pinilla.
Panaderos Artesanos J. Sánchez, que lleva desde 1752 elaborando pan en Tomelloso, es uno de los hornos con más solera en la elaboración de la merienda típica de San Marcos. Aunque este año se prevé una menor venta, ya llevan desde la semana pasada horneándolos a diario.
A pesar de que este año nos toque celebrar San Marcos en casa, debemos continuar la tradición de comer el hornazo, puesto que está permitido acudir a las panaderías. Luego que cada uno lo acompañe con lo que considere, aunque lo ideal es con chocolate, en tableta o a la taza.
Y para hacer la fiesta más participativa, vamos a subir las fotos de nuestros hornazos a las redes sociales y a llenar el universo virtual de nuestra merienda con el hastag #SanMarcosenTomelloso. Así, al menos, nos sentiremos más acompañados.
