El Sindicato de Enfermería (Satse) se ha marcado como nuevo objetivo estratégico de la organización la aprobación de una norma que permita acceder a enfermeras y enfermeros a la jubilación anticipada de manera voluntaria, ya que a su juicio daría respuesta a la problemática que les supone seguir trabajando en condiciones «especialmente penosas y duras» y mejoraría la atención a ciudadanos y pacientes y el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud (SNS).
El secretario general de Satse en Castilla-La Mancha, Juan Francisco Ruiz, ha considerado que las enfermeras y enfermeros cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesionales como los del sector ferroviario, personal de vuelo, profesionales taurinos o policías, a los que el Gobierno ya les ha aplicado un coeficiente reductor de la edad de jubilación en virtud de la Ley General de la Seguridad Social, según ha informado el sindicato en nota de prensa.
Satse ha recordado que esta norma prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a la pensión de jubilación pueda ser rebajada en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad.
Por ello, desde el sindicato se ha recalcado que la profesión enfermera es ejercida en más de un 85 por ciento por mujeres «y al vincularla socialmente a los roles que tradicionalmente se asocian al género femenino del cuidado no se le reconoce suficientemente la gravosidad de sus condiciones laborales».
«La sociedad no percibe la dureza psicológica, el estrés o el agotamiento emocional que provoca el contacto permanente con el sufrimiento, el dolor, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte. Por ello, no se están adoptando las medidas de compensación que ayuden a proteger su salud, también en la última etapa de su vida laboral», apuntan desde la organización sindical.
De otro lado, Satse considera que el sistema de jubilación por coeficientes reductores que defiende no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que se abonará durante toda la vida laboral de cada enfermera o enfermero.
Para el sindicato, la posibilidad de acceder a la jubilación anticipada para las enfermeras y enfermeros mejoraría la atención a pacientes y ciudadanos y al sistema sanitario en su conjunto, dado que estos profesionales, por la naturaleza de su trabajo y la complejidad del mismo, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia que se ven afectados a causa de la evolución cronológica natural de las personas.
Además, para SATSE el posibilitar la jubilación anticipada de las enfermeras y enfermeros que así lo deseen conllevaría la contratación de nuevos profesionales, rejuveneciendo de esta manera las plantillas en los centros sanitarios.
REUNIONES CON EL GOBIERNO CENTRAL Y LA CONSEJERÍA DE SANIDAD
De cara a lograr este objetivo, Satse mantendrá reuniones y contactos con responsables del Gobierno estatal, la Consejería de Sanidad y partidos políticos en el Congreso de los Diputados y Senado y realizará jornadas y actos diversos en centros sanitarios de toda la región. Asimismo, difundirá distintos materiales informativos como cartelería y folletos y realizará todo tipo de acciones de comunicación online y offline.
Respecto a las condiciones laborales de las enfermeras y enfermeros, el secretario general de Satse en Castilla-La Mancha ha subrayado que son especialmente duras y penosas a lo largo de toda su trayectoria profesional, ya que se ven sometidos a «numerosos riesgos que son intrínsecos a su profesión y que influyen de manera decisiva en su salud».
Entre otros, Juan Francisco Ruiz ha citado los riesgos de tipo psicosocial, remarcando el hecho de que todos los enfermeros y enfermeras tienen un contacto permanente con el sufrimiento, el dolor, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte, lo que supone una carga emocional muy importante que les acompaña a lo largo de toda su dilatada trayectoria profesional.
También alude a los riesgos biológicos, como contagios por cortes y pinchazos; químicos, por el contacto con medicamentos peligrosos y las alergias a material; físicos y mecánicos, por los ruidos, iluminación, temperaturas, sobrecarga física, riesgos de caídas, radiaciones ionizantes; o las agresiones físicas y verbales.
De otro lado, Ruiz ha recordado que su labor conlleva, además, la necesidad de prestar servicios de manera permanente y continuada a lo largo de todo el día y el año, lo que requiere que se trabaje a turnos por las noches, festivos y fines de semana. Todo ello impide al organismo adquirir hábitos naturales de sueño, alimentación y descanso cuya alteración, según multitud de estudios científicos, afectan a su salud y bienestar psicosocial, afirman desde Satse.
A modo de ejemplo, desde el sindicato han apuntado que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluye que los profesionales de turno de noche pierden cinco años de vida por cada quince años de trabajo en turno de noche, o que un estudio publicado por American Journal of Preventive Medicine concluye que existe mayor mortalidad asociada al turno de noche y las mujeres que trabajan en turno de noche presentan un riesgo de muerte de un 11 por ciento más.