Las calles de Tomelloso están vacías. Parque sin niños, semáforos que marcan el color rojo aún sin tener a nadie que deba cruzar y tiendas y locales cerrados. Un confinamiento que nos ha pillado a todos por sorpresa, pero que sin duda nos está haciendo valorar lo verdaderamente importante.
Pero la situación no es la misma que era a mediados de marzo, cuando comenzaba el Estado de Alarma. El compromiso de todos está consiguiendo que vayamos superando esta pandemia. Nos aislamos hoy para poder volver a vernos mañana.
El mundo de fuera nos está esperando y cada día queda menos para que nos reencontremos con él. Mientras tanto, Tomelloso coge cada vez más fuerza para dar lo mejor de sí cuando se vuelvan a abrir las puertas de nuestras casas. Tomelloso se prepara para su «Renacer».
