Los adolescentes de Castilla-La Mancha -de entre 14 y 17 años- tienen actitudes sexistas que tal vez no sean «muy hostiles» sino más bien «benévolas», y el 44 por ciento de ellos, tanto hombres como mujeres -aunque en mayor grado los primeros-, consumen habitualmente pornografía.
Así se desprende de un estudio de investigación realizado por la Cátedra de Género Isabel Muñoz Carava, en virtud del convenio firmado entre la Universidad de Alcalá y el Instituto de la Mujer el pasado año, del que han dado cuenta este martes en rueda de prensa la directora de la Cátedra, Concha Carrasco, y la directora del Instituto, Pilar Callado, titulado ‘Igualdad de género entre adolescentes en Castilla-La Mancha’.
El estudio, con un 95% de fiabilidad y un 2,2% de margen de error, se realizó a 1.840 estudiantes de 3º y 4º de la ESO de unos 60 centros educativos de la región entre septiembre y octubre del año pasado, y aborda problemáticas relacionadas con la permanencia de actitudes sexistas, el acceso a la pornografía, el mito del amor romántico o el ejercicio de violencia de género a través de las redes sociales en la relación de pareja.
Callado, que ha resaltado que este es uno «de los primeros estudios de investigación realizados en la región sobre esta materia» y arroja datos «interesantes y preocupantes», ha asumido que los problemas que se abordan «no están superados por la población joven», lo que obliga a «seguir trabajando con los jóvenes a través de la educación, la concienciación y la sensibilización, para que destierren de su mente los comportamientos sexistas y violentos y aprendan a relacionarse desde la empatía, el amor y la solidaridad».
Según los datos recabados, entre este sector de la población es «más habitual el ciberacoso que la violencia física», los chicos en general «tienen actitudes más sexistas que las chicas» pero «se disfrazan» en otras como el acompañamiento o la protección de la mujer, y las actitudes sexistas son «un poco» más elevadas en las zonas rurales que en las urbanas, ya que en las primeras hay más estereotipos y en las segundas hay más acceso a las nuevas tecnologías y es más alto el ciberacoso.
Carrasco, que ha mostrado su agradecimiento a los jóvenes que han colaborado en el estudio –que el próximo año tendrá una segunda investigación que abordará el acercamiento a las redes sociales y el nivel de comunicación de los adolescentes en ellas–, ha desvelado que los chicos en general, a tenor de los resultados, tiene actitudes más sexistas que las chicas, pero esas actitudes «se disfrazan» en otros roles y malos entendidos.
De ahí que sea importante distinguir, a su juicio, entre las actitudes de los que son «más férreos» y los que son «más sutiles» y aunque dicen que no tienen actitudes sexistas sí suelen aparecer cuando se profundiza en sus comportamientos.
ENFRENTAMIENTOS EN REDES SOCIALES
En cuanto al consumo de pornografía, que es «altísimo en adolescentes», la directora de la Cátedra ha destacado que en la Comunidad Autónoma es un 44% de los adolescentes que han participado en el estudio los que dicen que la consumen habitualmente, dato bajo respecto a otros estudios que se manejan al respecto, que sitúan ese consumo en hasta el 60% de los adolescentes y desde los 8 años.
Analizando las redes sociales, que se han convertido en la forma de comunicación «más habitual» entre adolescentes, es una evidencia, a juicio de Concha Carrasco, que muchas de las cosas que ocurren a nivel de violencia de género y actitudes violentas están «provocadas por enfrentamientos que no son cara a cara sino detrás de una pantalla» y avalados por amigos.
En este sentido, considera importante hacer que los adolescentes hablen de lo que ocurre en ese ámbito y también que lo hagan sus familias y sus profesores, que pueden aportar datos sobre cómo los ven en lo que a la comunicación en redes sociales se refiere.
De otro lado, se abordan los mitos de la violencia de género que son «muchísimos» tanto entre la población adolescente como entre la adulta, resultando del estudio que no hay un perfil determinado de maltratador ni de mujer maltratada ni división por clases sociales. «Los adolescentes rechazan la violencia física» pero, sin embargo, hay otros temas «como el de controlar lo que hay en el móvil de la novia o el novio» o qué fotografías suben a las redes sociales, siendo «más habitual el ciberacoso que la violencia física».
El estudio evidencia que el sexismo es «un poco más alto» en las zonas rurales de la Comunidad Autónoma que en las urbanas, donde es más alto el ciberacoso. Algo «normal» porque en las ciudades se utilizan mucho más las redes sociales. En cuanto a los mitos del amor romántico no se aprecian «grandes diferencias» entre chicos y chicas de ambas zonas, siendo más bien una cuestión de la persona.
«Las mujeres tienen una interpretación del amor más pasional», de que es para toda la vida y «de que hay que aguantar lo que sea respecto al amor» y «los chicos creen más que los celos son una manifestación del amor» pero no han visto diferencias en ello entre las zonas urbanas y las rurales.
Finalmente, la directora de la Cátedra de Género, Isabel Muñoz Carava, ha admitido que en los centros educativos que ya tenían en marcha políticas de sensibilización o planes de igualdad se ha notado «mayor igualdad» y respuestas «más bajas en todos los instrumentos de medición de sexismos».
INFORME JURÍDICO
De otro lado, Pilar Callado y Concha Carrasco han presentado una segunda investigación –ambas se publicarán próximamente en la página web del Instituto de la Mujer– sobre legislación de violencia de género titulada ‘La violencia de género en el derecho internacional, europeo y español. Especial referencia a la legislación castellano-manchega’.
Carrasco ha destacado que este estudio empieza por la ley de 2004, y aborda la de 2018, los convenios europeos y luego aplica las normativas general y específica de Castilla-La Mancha, siendo útil «para ver toda la transposición de convenios a la normativa estatal y castellanomanchega». «Es una fotografía de lo que hay y entonces te das cuenta de lo que no hay».
Además, a raíz de este segundo trabajo se están planteando elaborar una guía para que «resulte más fácil interpretar todas estas normativas» que quieren presentar antes de que acabe 2020.
En último término, la directora del Instituto de la Mujer ha resaltado la importancia de tener estos dos trabajos de investigación y esta radiografía «porque nos baja a la realidad», y sirve para que «desde las administraciones públicas se puedan poner en marcha acciones y políticas útiles».