Los castellanomanchegos van a sufrir un verano seco ante la imposibilidad de que muchas de las zonas naturales de baño que hay en la región puedan habilitarse, ya que los consistorios que los gestionan no pueden hacer frente al cumplimiento de las medidas decretadas por las autoridades sanitarias para minimizar el contagio del COVID-19 en sus aguas.
Para ello, entre ocho y diez operarios municipales, que otros veranos han trabajado en la piscina municipal y que no abrirá este verano, vigilarán tanto la entrada de coches como la zona de baño, para comprobar que se cumple la distancia de seguridad decretada por las autoridades sanitarias.
Por contra, el Consistorio de Villafranca de los Caballeros, la otra zona de baño que presenta la provincia de Toledo, no tendrá que adoptar ninguna medida extraordinaria para minimizar el contagio de COVID-19 pues la sequía ha provocado que por segundo año su complejo lagunar, «por desgracia», no sea apto para el baño.
ALBACETE
La obligación de mantener distancia de seguridad entre los bañistas para evitar el contagio va a provocar que el aforo se vea reducido «casi en un 50 por ciento» ya que, por ejemplo, la laguna Santo Morcillo suele a acoger a unas 700 personas y este verano se va a ver reducida a 292, ha detallado el regidor.
CIUDAD REAL
En cambio las tres lagunas del Parque Natural de Ruidera, que corresponden al municipio que les da nombre, ya están abiertas al baño desde el pasado fin de semana. Su alcaldesa, Josefa Moreno, ha detallado que para «evitar aglomeraciones» el espacio dispone ya de socorrista y de un vigilante para controlar el aforo, tanto del baño como de la orilla, que está reducido.
El pantano de Carboneras tampoco se abrirá al baño, al no poder cumplir las medidas decretadas por las autoridades para evitar los contagios, según ha confirmado el gerente de Madrona Activa, David Oliver, empresa encargada de la gestión de este espacio denominado Complejo Turístico Arroyo Carboneras ‘Playa del Lago’, que sí albergará campamentos de verano o actividades acuáticas.
CUENCA
En la provincia de Cuenca, el Consistorio de Buendía, según ha explicado su alcalde, Gregorio Martínez, ha decidido clausurar las dos zonas de baño autorizadas en el pantano que lleva el nombre de la localidad. «Por lo que nos exige Sanidad, es imposible que podamos autorizar su uso», ha indicado el regidor, convencido, no obstante, de que la gente seguirá bañándose en el pantano.
Desde el Ayuntamiento de Cañamares, donde se encuentra la conocida como playeta del río Escabas, su alcalde, Arturo Guijarro, ha explicado que no se ha habilitado como zona de baño y se han colocado carteles disuasorios para evitar que los bañistas se acerquen a la zona. También, por acuerdo plenario, el Consistorio ha prohibido el aparcamiento en la zona más próxima al río como medida disuasoria.
En la misma línea se ha expresado Ricardo Molina, alcalde de Santa María del Val, consistorio que también ha restringido el baño en la zona autorizada del río Cuervo. «Ahora en verano va a venir mucha gente al pueblo, ya que pasamos de 40 vecinos a 300, y no sabemos si son portadores o no del virus, y al ser agua natural la del río, vamos a restringir el baño por lo menos en el mes de agosto», ha aseverado.
En cuanto a la laguna del Tobar, en Beteta, el regidor del municipio, Jesús Vicente Esteban, ha explicado que Sanidad aún no les ha informado de la posibilidad de autorizar o prohibir el baño, al tener la laguna agua estancada. De ahí que no hayan decidido nada al respecto.
GUADALAJARA
En Guadalajara son siete las zonas aptas para el baño entre embalses y ríos. Este año, la situación excepcional creada por la pandemia, unido a las intensas lluvias de la primavera y a la apuesta por un turismo con menos aglomeraciones, ya ha empezado a notarse en una mayor afluencia de visitantes a estos espacios naturales y a los pequeños pueblos en los que se ubican, donde también se percibe un mayor interés por la compra y el alquiler de viviendas.
El embalse de Entrepeñas es uno de esos enclaves de baño que cada año recibe la afluencia de cientos de bañistas y este 2020 la imagen de Mar de Castilla es más real que nunca teniendo en cuenta que el pantano se encuentra al 56% de su capacidad.
Desde la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses se ha recomendado «precaución y prudencia». Así, en el caso de Sacedón, por primera vez desde hace años las aguas casi alcanzan el puente de la Nacional 320.
Durón también se ve bañado por el embalse de Entrepeñas. En este caso, su alcalde, Juan Ramírez, ha compartido la opinión de que los requisitos que les han solicitado desde el área de Sanidad del Gobierno regional para poder autorizar el baño, en su caso en la zona de la Vega, «no se pueden cumplir».
De igual manera, el embalse de Bolarque también es un lugar bastante frecuentado por bañistas. Modesto Llorente, alcalde de Pálmaces de Jadraque, municipio en el que se encuentra enclavado, ha señalado que estos días pondrán los carteles con las medidas que han de cumplirse para poder bañarse en él, unos requisitos que para él son igualmente «difíciles» de aplicar, aunque no ha prohibido el baño.
De otro lado está el río Tajo, otro espacio de baño con dos zonas para ello a su paso por Trillo y en Zaorejas, a la altura del Puente de San Pedro.
Pero aunque en Almoguera no hay puntos autorizados de baño, lo cierto es que es el término que más kilómetros tiene de este río, de ahí que su alcalde, Luis Padrino, por miedo al contagio de la COVID-19 ya ha emitido un bando en el que desaconseja a sus vecinos bañarse en él río a su paso por el pueblo por entender que hay más posibilidades de contraer el coronavirus.