Este sábado, 25 de julio y fiesta de Santiago la catedral de Ciudad Real la Catedral ha acogido una misa, presidida por el obispo de la diócesis Gerardo Melgar y 35 sacerdotes concelebrantes representando al presbiterio diocesano, por los fallecidos a causa de la COVID-19, a la que han acudido un total de 395 personas, de las que 232 han sido familiares de los fallecidos por el virus.
También han acudido representantes de la vida política local, provincial y autonómica, autoridades civiles y militares y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de voluntarios de distintos organismos y de las residencias de ancianos de la diócesis. Entre ellos la portavoz del Ejecutivo regional, Blanca Fernández, la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, el titular de la Consejería de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, el presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, la alcaldesa, Pilar Zamora, y el presidente regional del PP, Paco Núñez.
El obispo Melgar, en la homilía de la misa, ha recordado en primer lugar a los fallecidos para «pedir por su eterno descanso». «Las circunstancias han sido muy difíciles porque murieron en la más tristes de las soledades, sin vuestra compañía, y no les habéis podido demostrar con vuestro acompañamiento vuestro cariño y apoyo en estos últimos momentos y como sus seres más queridos», ha señalado refiriéndose a los familiares. También ha tenido palabras de profundo agradecimiento a tantas personas que nos han ayudado a todos a sobrellevar nuestro dolor con esperanza», ha informado la Diócesis en nota de prensa.
Se refería así especialmente a los sanitarios, pero también a tantos voluntarios y tantos trabajadores como han seguido «generosamente» desarrollando su trabajo. Por último, ha pedido por los mayores y por las residencias de ancianos y para que los responsables de las decisiones «se vean iluminados por el Señor para que por encima de ideologías y partidismos busquen, ante todo y sobre todo, el bien común».
Al concluir la eucaristía, el obispo ha invitado a seguir colaborando con el fondo de solidaridad por él instituido y que ya lleva recaudados 187.000 euros que se destinan directamente a Cáritas Diocesana.
También, con la oración compuesta a Santa María del Prado por el final de la pandemia, toda la Catedral ha elevado su plegaria a María, consuelo de los afligidos para que abrace a todos sus hijos atribulados haciendo «que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad».