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lunes, 23 diciembre
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«Paella para dos», por Patricia Ballesteros

Artículo de opinión de Patricia Ballesteros Sánchez-Infantes, Plataforma 8M Toledo

A veces hay que pararse y mirar de dónde venimos para ver a dónde vamos. No hay duda de que las mujeres hemos avanzado mucho gracias a nuestras ancestras luchadoras que se negaron a limitar ningún espacio de su vida por mucho que la sociedad se lo impusiera. Aun así es curioso como a pesar de todo, esa supuesta independencia que ha conseguido la mujer hay cosas que siguen chocando. Y es que esta sociedad está concebida para la vida en pareja. Cuando alguien no tiene pareja se asume que es una situación transitoria, o que esa soltería no es voluntad y obra de esa persona, o que está sin pareja por determinadas circunstancias. Pero nunca pensamos que una persona pueda no tener pareja como opción de vida, como decisión propia. Que encontrar un compañero o compañera con quien quieras compartir tu vida está guay, pero hay que visibilizar que no es la única opción.

Por eso sigue chocando cuando una mujer por ejemplo va al cine o al teatro sola. Cuántas de vosotras habéis ido alguna vez a cenar a un restaurante, os habéis sentado y os han preguntado si estabais esperando alguien como si salir sola a cenar fuera rarísimo. O cuántas os habéis sentido incómodas al entrar a buscar habitación a un hotel y decir habitación para una. Como si hubiera que excusarse por viajar sola, porque en nuestro subconsciente sentimos que en este tipo de circunstancias tenemos que dar una explicación. Porque parece que si está sola no es porque quiera, sino porque nadie la quiere. Porque todavía no está asumido que nos pueda gustar viajar solas, o tener ocio solas, que nos guste estar con nosotras mismas.

Podemos hacerlo, pero encontraremos obstáculos, como por ejemplo comer paella. El “busco novio para comer paella” se hizo viral en las redes sociales el verano pasado, ante la imposición de ese mínimo dos personas. Y si quiero una paella y no voy con nadie, ¿qué hago? Más allá de la anécdota graciosa queremos que esto sirva de reflexión para romper varios clichés. El primero el que se refiere a que una mujer no puede hacer cosas sola, porque salvo ir a comer paella, podemos hacer cualquier cosa. Y os animamos a hacerlo, un pequeño viaje sola para empezar, salir a comer sola, a pasear. Un ratito con nosotras, que no siempre tenemos ocasión. Y el segundo el de que la mujer que está sola es contra su voluntad. Eso que en los pueblos se viene llamando mozas viejas o solteronas. Ojo que los hombres no son solterones, solo las mujeres. Basta de estigmatizar a estas mujeres como si no hubieran completado su misión en la vida, porque para nada es así y sus vidas son igual de plenas que las de las mujeres que sí tienen pareja.

Disfrutar todo lo posible del verano, y si queréis, al final del mismo, un día quedamos todas y nos contamos nuestros viajes con un arroz sororo.

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