El alcalde de Valdepeñas (Ciudad Real), Jesús Martín, afronta la incidencia del coronavirus sin abandonar su despacho de Alcaldía. Una de sus principales preocupaciones es articular medidas que amortigüen el impacto económico de la pandemia, si bien advierte de que los ayuntamientos «no podrán hacer nada» por la reconstrucción económica si el Gobierno central no les permite levantar la regla de gasto e incluso «recuperar las competencias que les quitaron».
El alcalde, que sigue coordinando desde su despacho la gestión municipal, reconoce que la epidemia está deparando episodios de tensión. El peor momento, relata, fue la presión a que fue sometido tras la emisión en televisión de una información «no contrastada» que apuntaba a que en un geriátrico de Valdepeñas, intervenido por la Junta de Comunidades, se habían producido 18 fallecimientos en un día por coronavirus.
«Desmontar esa información, replicada por otros medios de comunicación digitales, fue muy complicado», recuerda el alcalde. «Fue un día de mucha tensión, respondiendo a las llamadas de las familias preocupadas, dominado por un sentimiento de rabia ante lo que era mentira», ha lamentado Martín.
Más allá de ello, su preocupación pasa por apoyar a los ciudadanos que más están sufriendo la epidemia. Desde el punto de vista de la recuperación moral, Martín ha recordado que el Ayuntamiento ha tenido que contratar psicólogos para atender a los ciudadanos telefónicamente. Muy importante será también la recuperación económica. En este sentido el alcalde considera que el apoyo al pequeño comercio, a los parados y a los afectados por los ERTE será clave.
«Salvo que aparezca una vacuna mañana, la vuelta a la vida normal de aquí a agosto no se va a producir, por lo que no dudé en suspender las Fiestas de Agosto, las Fiestas del Vino y la Exposición Internacional; será con esos recursos, que ascienden a un total de un millón de euros, con los que podamos realizar, por ejemplo, planes de empleo que ayuden a las familias», apunta.
EL CALLEJÓN SIN SALIDA DE LOS AYUNTAMIENTOS
No obstante, el primer edil ha advertido, en referencia al papel de los ayuntamientos en la reconstrucción económica, que «no podrán hacer nada» si el Gobierno central no les permite levantar la regla de gasto y asumir inversiones más allá de sus competencias. A su juicio, «los consistorios se encuentran ante un callejón sin salida que quizá obligue a ir sorteando la legislación, eso sí, sin saltarse los principios del Derecho».
Llegados a este punto, la «esperanza» de Martín es que el Estado pueda modificar la legislación que afecta a los ayuntamientos para darle nuevas herramientas e incluso que les devuelva «las competencias que se les quitaron». «Si no tenemos mata no vamos a tener patata», ha avisado.
En este sentido considera que la prioridad en esa vuelta a la normalidad será atender a las familias afectadas por el paro y, consecuentemente, impulsar el consumo: «Ahí es donde también entramos en juego los ayuntamientos, que debemos flexibilizar la presión fiscal, algo complicado, insisto, con los condicionantes de la regla de gasto».
Preguntado por las lecciones que se pueden aprender de la crisis sanitaria, el regidor ha recordado al poeta Benedetti. «Cuando esto pase, Señor, déjanos ser como nos creíste y no como nos hicimos», ha reflexionado. En clave de gestión, el alcalde opina que solo con el «compromiso» de la administración pública «se pueden sortear con diligencia situaciones como la que estamos viviendo».
LA SANIDAD PRIVADA SOLO ES BUENA PARA LOS MUY RICOS
En este contexto ha destacado el papel de la sanidad pública. «Si esto nos hace cambiar el chip respecto a la importancia de nuestros sanitarios y la dotación de sus recursos, algo habremos ganado y veremos que con nuestros impuestos estamos construyendo una sociedad mejor y más capacitada para hacer frente a lo inesperado», ha recalcado.
Por contraste, ha apuntado al sector privado, «que puede mirar a otro lado cuando vienen mal dadas». «Lo privado solamente es bueno para los que son muy ricos; a la clase media la sanidad privada no nos salva», ha reflexionado.
Respecto a las consecuencias políticas de la crisis sanitaria, Martín sospecha que va a «arrastrar» a numerosos dirigentes políticos «de todos los colores». «El disparate se ha instalado en la realidad, y ahora la sociedad también está enferma de impotencia, de enfado, de ira, y eso lo focaliza en quien tiene más cerca, que son los gobiernos», ha dicho.
Así, se ha mostrado comprensivo con las críticas, pero ha recordado que «no se pueden construir autovías para que solo sean usadas durante un puente festivo», en referencia al dimensionamiento del sistema sanitario y el impacto de la epidemia.
«No podemos crear infraestructuras sanitarias para usarlas excepcionalmente porque no hay pulmón que sostenga eso; y aun así lo que ha salvado la situación ha sido la sanidad pública, a pesar de sus carencias, y sobre todo los profesionales sanitarios, con su entrega, porque cuando viene un tsunami así no hay recursos suficientes, nunca», ha recalcado.
Esta reflexión también la hace extensible a la crítica de los partidos políticos de oposición. «Ni en Francia ni en Alemania pasa esto; en esos países todas las fuerzas políticas reconocen al Gobierno que se ha dado el pueblo y dejarán para el día después la política de partido, pero aquí, que si quieres arroz Catalina», ha concluido.