El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado no compartir el entusiasmo de parte de la izquierda con la gestión de Fernando Simón durante la crisis sanitaria, añadiendo que con este escenario no se puede tener tal entusiasmo «ni frente a Simón ni frente a nada». «Esta crisis ha alterado los conceptos ‘entusiasmo’ es una palabra incompatible con el virus».
Al respecto de el auge de productos con la iconografía de Fernando Simón, ha apuntado que el marketing tiene una lógica «que no se acaba de entender». «No es lógico que un político entienda de negocio».
En este punto, ha considerado que el país no está en condiciones de «sacar conclusiones sobre la gestión de los responsables científicos».
«Tendrá que acabar todo, y cuando acabe, sacaremos todos conclusiones de nuestros propios errores y sobre cómo abordar una crisis de esta naturaleza», ha señalado.
EL GOBIERNO QUERÍA EL ESTADO DE ALARMA HASTA AGOSTO O SEPTIEMBRE
El líder del Ejecutivo autonómico ha aseverado que las intenciones del Gobierno de España pasaban por alargar el estado de alarma hasta agosto o septiembre, algo impensable debido a la situación de inestabilidad política y a la aritmética parlamentaria.
Así, ha dicho que quizá «la clase política» a nivel nacional «haya pensado que se trata de que las autonomías queden peor que el estado» en cuanto al pilotaje de la salida de la crisis, algo que, de ser así, constataría una «imbecilidad extraordinaria», ya que «no hay éxito si no es global».
A su juicio, si fuera por el Gobierno ese estado de alarma se habría prolongado, pero «ha sido la inestabilidad política la que hace que no se prolongara hasta agosto o septiembre».
Considera que la oposición ha puesto «muy difícil» al Gobierno los acuerdos para sacar adelante las prórrogas del estado de alarma. «El Gobierno ha mendigado y racaneado cada prórroga, y lo peor de la pandemia ha sido ver como un Gobierno, con toda la responsabilidad a sus espaldas, ha estado maniobrando, negociando y mercadeando con las fuerzas políticas para seguir siendo el responsable único», ha abundado.
Ha dicho además que muchas de las reivindicaciones y condiciones interpuestas por la oposición para apoyar las prórrogas «no tenían que ver ni con la sanidad ni con el dinero, sino con reivindicaciones simbólicas».
«Es lamentable. Entiendo que haya sufrido mucho el Gobierno teniendo que mendigar todos los días que le dejaran ser el culpable de todo», ha agregado, zanjando que si el Ejecutivo hubiera tenido mayoría absoluta «habría tenido más seguridad jurídica a la hora de abordar el asunto».