La sentencia recoge como hechos probados que el acusado, L.A.A., en fecha indeterminada del año 2017 y en el domicilio familiar entre una y tres ocasiones acudió al dormitorio de la hija de su esposa, que contaba en el momento de los hechos con once años.
Se metió en la cama con la ropa puesta y «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales», le realizaba tocamientos mientras que la niña dormía, hasta que se despertaba y le pedía al acusado que abandonase su habitación.
También señala la sentencia que la denuncia por estos hechos la interpuso la propia fiscalía el 24 de noviembre de 2018, ya que la madre de la menor no lo hizo. Previamente, en septiembre de ese mismo año, el juzgado de Tomelloso estableció una prohibición de aproximación a la menor en una distancia inferior a doscientos metros así como a comunicarse con ella.
Además de la pena de prisión, la sala ha impuesto al acusado una pena de alejamiento de 200 metros de la menor y la prohibición de comunicarse con ella durante cuatro años. El acusado también tendrá que cumplir una medida de cuatro años de libertad vigilada tras cumplir la pena privativa de libertad. Durante este tiempo también tendrá que cumplir el alejamiento de 200 metros de la menor y la prohibición de comunicación con ella.
