Comenzamos con la crónica de lo que pudo ser y no fue.
En Ciudad Real, 24 hermandades estarían ultimando hoy los últimos detalles de sus Estaciones de Penitencia. Las últimas túnicas, las últimas papeletas de sitio, los capataces ultimarían los relevos… y en el Recorrido Oficial, palcos, gradas, sillas… Pero, este año, la Semana Santa en la calle se muestra diferente, silenciosa, las Iglesias vacías, los pasos sin montar…
Pero sigue habiendo Semana Santa, no nos olvidemos los cristianos de ello, y este año quizás, vivamos estos días de la manera más real. En ellos, nos acercaremos a nuestras devociones para rezarles, darles gracias, hacer alguna que otra petición, y encomendarnos a nuestras imágenes para que todo esto pase pronto.
Desde que se empezó a ver que esto iba en serio, ya comentaba entre los más cercanos que esta forma de vivir la Semana Santa existe todos los años, pues siempre hay gente en sus casas, en soledad, sufriendo una enfermedad, en silla de ruedas, o postrados en una cama, pidiendo al Señor que el sufrimiento sea el menor posible… y fíjate, que el Señor nos hace a todos vivir esa realidad, no poder salir a la calle a esa bulla, a ver esa chicotá que me gusta, a ver a la Virgen de mi barrio, o a ver a la Hermandad de mi familia
Después de todo esto, los cofrades, nos daremos cuenta que antes de cofrades, hay que ser cristianos, y que sólo desde una creencia real, a través de nuestras imágenes, en Jesús Sacramentado y Resucitado, podremos vivir la Semana Santa de manera íntegra y real.
Las Hermandades en nuestra ciudad, están haciendo un esfuerzo grande para ayudar a todos sus fieles en la oración, y seguro, estos días nos daremos cuenta del poder que, las 24 juntas, tenemos en una sociedad que mira a Dios con recelo.
Somos los cofrades la herramienta que tiene la Iglesia más potente para evangelizar las calles… este año más que nunca, hagámoslo, empecemos por nuestras casas, por nuestro entorno, y demos ejemplo de aceptación de… lo que pudo ser y no fue.
Y no olvidemos, que todo pasará, y que el año que viene, volveremos a vivir esa inolvidable sensación de que todo llega, y valoraremos realmente tantas cosas, tantos detalles…
En Ciudad Real, 24 hermandades estarían ultimando hoy los últimos detalles de sus Estaciones de Penitencia. Las últimas túnicas, las últimas papeletas de sitio, los capataces ultimarían los relevos… y en el Recorrido Oficial, palcos, gradas, sillas… Pero, este año, la Semana Santa en la calle se muestra diferente, silenciosa, las Iglesias vacías, los pasos sin montar…
Pero sigue habiendo Semana Santa, no nos olvidemos los cristianos de ello, y este año quizás, vivamos estos días de la manera más real. En ellos, nos acercaremos a nuestras devociones para rezarles, darles gracias, hacer alguna que otra petición, y encomendarnos a nuestras imágenes para que todo esto pase pronto.
Desde que se empezó a ver que esto iba en serio, ya comentaba entre los más cercanos que esta forma de vivir la Semana Santa existe todos los años, pues siempre hay gente en sus casas, en soledad, sufriendo una enfermedad, en silla de ruedas, o postrados en una cama, pidiendo al Señor que el sufrimiento sea el menor posible… y fíjate, que el Señor nos hace a todos vivir esa realidad, no poder salir a la calle a esa bulla, a ver esa chicotá que me gusta, a ver a la Virgen de mi barrio, o a ver a la Hermandad de mi familia
Después de todo esto, los cofrades, nos daremos cuenta que antes de cofrades, hay que ser cristianos, y que sólo desde una creencia real, a través de nuestras imágenes, en Jesús Sacramentado y Resucitado, podremos vivir la Semana Santa de manera íntegra y real.
Las Hermandades en nuestra ciudad, están haciendo un esfuerzo grande para ayudar a todos sus fieles en la oración, y seguro, estos días nos daremos cuenta del poder que, las 24 juntas, tenemos en una sociedad que mira a Dios con recelo.
Somos los cofrades la herramienta que tiene la Iglesia más potente para evangelizar las calles… este año más que nunca, hagámoslo, empecemos por nuestras casas, por nuestro entorno, y demos ejemplo de aceptación de… lo que pudo ser y no fue.
Y no olvidemos, que todo pasará, y que el año que viene, volveremos a vivir esa inolvidable sensación de que todo llega, y valoraremos realmente tantas cosas, tantos detalles…
