El pasado viernes el rectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha se llevó una sorpresa cuando se percató de que alguien había ingresado un millón de euros. Un dinero que aparecía reflejado en la cuenta habilitada de su programa extraordinario de mecenazgo #UCLMcontraCOVID19.
Una historia de generosidad que viene muy bien en tiempos de crisis sanitaria. El rector de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Collado contaba que en principio pensaron que podría ser un error, “que alguien se hubiese equivocado con los ceros”. Además, la institución en sus 35 años de historia nunca había recibido una aportación de ese calibre.
En este sentido, cuando se hace un donativo se tiene 24 horas para echarse atrás. En este caso coincidió con el fin de semana entre medias por lo que la espera se hizo interminable. El pasado lunes el rectorado confirmó en el banco que no había ningún malentendido y que el ingreso venía del exterior. Fue en ese momento cuando se conocía que se trataba de una mujer quien había hecho el donativo y que quería mantenerse en el anonimato. Lo único que se sabe es que la mujer está muy satisfecha del destino de su millón de euros.
El delegado de la Universidad de Castilla-La Mancha transmitía que lo había “hecho por agradecimiento a España.
Hasta el pasado viernes, la Universidad llevaba recaudado la cifra de 103.000 euros de 74 aportaciones para la lucha contra el coronavirus. Unas donaciones donde el 80% venían de profesores y personal de servicios y administración. Una partida de donativos que irá destinada a elaborar respiradores artificiales, material sanitario por impresión en 3D y para pruebas diagnósticas de COVID-19.
A todo ello, se le suma ese millón de euros inesperado que le permite a la Universidad de Castilla-La Mancha poder adquirir muchos más recursos. De esta forma, comprarán robots de extracción de ácidos nucleicos que serán instalados en el Centro Regional de Investigaciones Biomédicas del campus de la ciudad de Albacete.
El catedrático de Derecho Financiero y Tributario comunicaba que “hemos estado haciendo una serie de técnicas moleculares para apoyar lo que hacían los hospitales de la región en diagnóstico bajo el paraguas de los servicios de microbiología clínica de los hospitales. Ahora queremos hacer dos tipos de test: moleculares, con PCR, y de serodiagnóstico de anticuerpos en apoyo a los servicios de microbiología”. En un principio se trabajará para los centros hospitalarios de toda la región.
La Universidad cuenta con la aprobación del Instituto Carlos III de Madrid para realizar test en sus instalaciones. Miguel Ángel Collado contaba que “gracias a los técnicos y los robots podremos participar en proyectos de vacunas, antivirales y estudios de seroprevalencia».
De esta forma, la Universidad ha dado el visto bueno a iniciar un procedimiento de emergencia, por lo que en menos de un mes los robots tendrán que estar en funcionamiento.