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viernes, 20 diciembre
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En Castilla-La Mancha el campo aguanta la crisis con espíritu de entrega

Al tiempo, se ven acechados por una gran inquietud, pues desconocen los efectos económicos que van a aflorar una vez superada la crisis sanitaria

Los profesionales del sector agroalimentario de Castilla-La Mancha están viviendo la crisis del coronavirus con gran espíritu de entrega, sabiéndose pilar básico para el buen funcionamiento de la cadena de distribución. Al tiempo, se ven acechados por una gran inquietud, pues desconocen los efectos económicos que van a aflorar una vez superada la crisis sanitaria.

Es el caso del secretario general de Asaja en Castilla-la Mancha, José María Fresneda, que ha pedido a los consumidores que se queden en casa, ya que los agricultores de la región «van a seguir produciendo los alimentos básicos que necesita la sociedad».

No obstante, ha pedido a la Administración «que cumpla» con los requisitos que tiene sobre la base de su competencia, «y si puede aliviar un poco la carga de presión que sufren los profesionales del campo con tantas inspecciones, mejor».

El secretario general de Asaja en la región, tras incidir en la necesidad de «seguir desarrollando el sector», ha pedido a la clase política «que cumpla con sus palabras» en relación con la ampliación de plazos para la presentación de la PAC.

Fresneda también ha asegurado que, de forma aproximada, el 98% de los en torno a 800 pueblos que tiene Castilla-la Mancha están siendo desinfectados por agricultores. «Como en las movilizaciones y como en todo, los agricultores están en esta crisis en primera línea de responsabilidad y compromiso con el conjunto de la sociedad. Estamos muy contentos con esta reacción, sabíamos que no íbamos a fallar», ha argumentado.

Preguntado por las palabras del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que ha descartado una subida de precios de los alimentos durante el estado de alarma, Fresneda considera que «no hay ningún motivo para pensar que vaya a haber movimientos especulativos dentro de la propia cadena alimentaria».

Y, ha precisado, en caso de que los hubiera, «sería una segunda pandemia». «Sí empezáramos a hacer trampas al solitario con el funcionamiento de la cadena agroalimentaria, estaríamos haciendo un flaco favor al conjunto de la sociedad», ha advertido.

Por ello, se ha mostrado confiado en que las medidas que se vayan adoptando para enfrentar la crisis se asienten en las reivindicaciones que Asaja planteó en las movilizaciones de agricultores, a fin de «mejorar las ventas de los agricultores, para que la cadena alimentaria funcione mejor y para que los consumidores estén debidamente atendidos».

INCERTIDUMBRE

Mientras, el secretario de UPA Castilla-La Mancha, Julián Morcillo, ha manifestado que el agroalimentario, al ser el sector que alimenta a la población, está jugando en estos momentos «un papel fundamental y así se está entendiendo», por lo que confiesa que la situación ante el COVID-19 se está llevando con la mayor «normalidad» posible, aunque también con «incertidumbre».

Dicho esto, Morcillo ha asegurado que en el sector ganadero es donde se plantean más dudas ya que requiere el mismo «sacrificio y esfuerzo» de siempre, puesto que «todos los días hay que estar ahí, al pie del cañón». «No se puede dejar ni un solo día de atender a los animales», ha añadido.

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Por otra parte, ha explicado que en Castilla-La Mancha al predominar los cultivos de cereal, viñedo u olivar que en estos momentos «no requiere de mucho trabajo» no cree que haya peligro por ellas, pues lo que hay que hacer por ellos «se puede realizar de manera individual».

Por último, el responsable castellanomanchego de UPA ha asegurado que tanto las labores agrícolas como las ganaderos se están desarrollando con «todas las precauciones laborales», al tiempo que ha defendido que su organización está en contacto tanto con las consejerías del Ejecutivo regional como con la Delegación del Gobierno para resolver cualquier duda que va surgiendo, siendo éstas contestadas «de forma más o menos rápida».

EL CORDERO, GRAN PERJUDICADO

Por su parte, el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias, Ángel Villafranca, ha detallado que mientras hay sectores que están experimentando una intensa actividad para garantizar en esta situación expeccional el abastecimiento de productos de primera necesidad, otros están empezando a tener «dificultades» al sufrir las consecuencias del cierre de establecimientos hoteleros, pues no pueden dar salida a sus producciones.

Villafranca, que ha indicado que existe mucha preocupación por la gente que sigue trabajando en las cooperativas pues se ha de velar por su salud, ha valorado que exista una comunicación «fluida y directa» tanto con el ministerio como con la consejería del ramo, para garantizar que la cadena de producción no pare y que el sector pueda seguir cumpliendo con el servicio que presta.

Luego de mostrarse confiado en que la tramitación de la PAC no va a acarrear problemas, pues las administraciones han decidido ampliar los plazos, el responsable de Cooperativas Agro-alimentarias sí muestra preocupación por el futuro inmediato de la economía mundial, un vez superada la pandemia, pues una parte importante de la producción castellanomanchega se exporta.

«Cuando pase esta crisis, que confiamos en que sea lo antes posible, habrá que sentarse y ver en qué nos afecta y cómo vamos a quedar. En este momento no procede ir mucho mas allá porque en la actual etapa las precauciones no son las económicas, sino cuidar a las personas y protegernos de los contagios», ha concluido.

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