El Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha llevado a cabo su primera donación de órganos desde que comenzara la actual situación de emergencia por Covid-19, la primera en asistolia controlada que se lleva a cabo en la región desde el inicio de la crisis sanitaria.
Se ha tratado de una donación multiorgánica que va a permitir que tres personas puedan sobrevivir o mejorar notablemente su calidad de vida. Al igual que en la anterior donación de órganos que tuvo lugar en el centro hospitalario guadalajareño, ha sido una donación en asistolia controlada y para llevarla a cabo se han seguido todos los protocolos de seguridad que establece la Organización Nacional de Trasplantes con el fin de garantizar su viabilidad.
La persona donante había expresado su voluntad de donar sus órganos tras su fallecimiento, y sus familiares “colaboraron en todo lo posible para hacer cumplir este deseo en un momento tan duro y se adaptaron a las circunstancias tan complejas que estamos viviendo”, han querido destacar la coordinadora médica y el enfermero coordinador de trasplantes del Hospital de Guadalajara, Elena Yáñez y Pablo Rojo.
Para llevar a cabo la donación con total seguridad fue necesario seguir los protocolos, confirmando que la persona donante tenía una PCR negativa para coronavirus y programando cuidadosamente la donación. En las horas previas a la donación volvió a verificarse la negatividad para Covid-19 y se estableció un circuito específico entre el servicio de Medicina Intensiva y el quirófano donde se realizó la extracción.
Los coordinadores de trasplantes han expresado su agradecimiento a la persona donante y a sus familiares porque “con su generosidad han regalado años y calidad de vida a tres personas”. Los órganos, confirma la doctora Yáñez, ya han sido trasplantados con éxito.
También han trasladado su agradecimiento al equipo quirúrgico que se desplazó para la extracción, y a todos los profesionales que participaron en la donación. Ésta exige un trabajo multidisciplinar que implica a intensivistas, nefrólogos, anestesistas, anatomopatólogos, enfermería, técnicos, celadores, Microbiología, Admisión y el servicio de Urología, que “colaboran siempre muy estrechamente con nosotros”.
“En todo momento, y como han venido demostrando a lo largo de esta crisis sanitaria, se han puesto completamente a disposición para hacerlo posible, y entre todos se ha logrado al éxito de esta extracción que hemos realizado en estas circunstancias tan complejas”, señalan los coordinadores. Pablo Rojo califica como “una noticia maravillosa llevar a cabo una donación con la que se van a poder salvar vidas, y después de los momentos tan duros que hemos vivido esto nos anima a seguir y nos da fuerzas”.
Donación en asistolia controlada
A diferencia de la donación tras muerte encefálica (en la que el donante fallece por cese de la actividad cerebral), en la donación en asistolia controlada el fallecimiento se produce por parada cardiorrespiratoria irreversible y cese total del latido cardiaco y respiración espontánea.
La donación en asistolia controlada puede llevarse a cabo cuando, ante el mal pronóstico del paciente y su falta de respuesta al tratamiento, el equipo médico decide junto con la familia la limitación o retirada del tratamiento y el soporte vital.
Los coordinadores de trasplantes comunican a los familiares que existe la posibilidad de donar los órganos, ante la posibilidad de que la persona fallezca tras la retirada del tratamiento o soporte, y es ante ese fallecimiento controlado y monitorizado cuando puede iniciarse el proceso de preservación de órganos.
La Coordinación Regional de Trasplantes apuesta por impulsar la donación en asistolia controlada en los hospitales del SESCAM para aumentar el número de donantes potenciales.
A lo largo de 2019, un total de 231 pacientes de Castilla-La Mancha fueron trasplantados gracias a la generosidad de los donantes. La región registraba el pasado año el máximo histórico en número de donantes de órganos y tejidos, con 85 donantes que supusieron un incremento del 44 por ciento respecto a 2018.
Y todo ello gracias a la creciente generosidad de las familias a través de un gesto solidario “de valor incalculable”, el trabajo de los profesionales sanitarios y el esfuerzo que se viene realizando en materia de concienciación.