La Audiencia Nacional ha ordenado este jueves el ingreso en prisión para los dos detenidos en Madrid y Toledo acusados de ser «remesadores de DAESH en Europa» y formar parte de la estructura de la organización terrorista encargada de las transferencias mediante el sistema hawala para financiar a los yihadistas en zona de conflicto.
Según la investigación de la Comisaría General de Información bajo coordinación del Juzgado Central número 1, los dos detenidos por un delito de financiación terrorista en Fuenlabrada (Madrid) y Yuncos (Toledo) realizaban transferencias de dinero previamente recaudado entre simpatizantes yihadistas. Son de nacionalidad siria y marroquí.
Los envíos se hacían desde España hasta Siria gracias a que los arrestados mantenían «comunicación directa» con combatientes de Estado Islámico (DAESH). Se trata de la cuarta operación en año y medio para neutralizar el aparato financiero de DAESH, según ha recordado la Policía Nacional, con otros tres arrestados, todos ellos enviados a prisión.
INICIO DE LA INVESTIGACIÓN
La investigación comenzó cuando los especialistas en la lucha antiterrorista tuvieron conocimiento de la existencia de una red de financiación que, desde nuestro país, estaría realizando transferencias económicas a zona de conflicto.
Los agentes determinaron que esta red manejaba una estructura de contactos de confianza en diversos países europeos, encargada de remesar y facilitar los movimientos de capital que los simpatizantes aportaban, con la finalidad de costear acciones de reorganización de las estructuras terroristas de DAESH.
También se ha evidenciado que combatientes del DAESH contactaban a través de redes sociales con individuos filoyihadistas de diversas nacionalidades reclamando financiación mediante el envío de fondos para DAESH y sus miembros.
Para ello, empleaban una red de remesadores que, a cambio de una comisión económica, transferían los fondos recaudados para DAESH al país deseado. Allí, otro intermediario, a su vez, lo recibía y lo entregaba a su destinatario final, que se identifica con un código que reconoce a los intervinientes en la transacción.
Los arrestados tomaban numerosas medidas de seguridad en sus actividades y movimientos, al objeto de evitar ser detectados por la policía, utilizando canales de comunicación cifrados que les garantizaban el anonimato de sus conversaciones.
La operación, que ha contado con la colaboración de EUROPOL, pone de nuevo el foco en el sistema hawala de financiación del terrorismo. Este método consiste en un sistema informal de transferencias de capital entre dos zonas geográficas, al margen del sistema financiero ordinario y la supervisión administrativa. Se basa en la confianza entre los responsables locales de la estructura financiera.