El Ayuntamiento de Tomelloso ha recuperado, en colaboración con Fundación Cadisla, una antigua era, consiguiendo una doble finalidad, habilitar una parcela municipal que estaba en desuso para convertirla en zona verde y de ocio para uso y disfrute de los vecinos y por otra parte, crear un espacio con fines didácticos, divulgativos y turísticos, en el que explicar sobre el terreno la importancia de las antiguas eras en la economía y las tradiciones locales vinculadas al cultivo del cereal. Todo ello, además, en un proyecto desarrollado por personas con discapacidad intelectual y con enfermedad mental, a través de fundación Cadisla.
Así lo ha explicado esta mañana, durante una visita a este nuevo espacio, ubicado en la calle Peñarroya, en el polígono industrial donde está el CLIPE, el concejal de Obras y Urbanismo José Ángel López, que ha estado acompañado por el nuevo concejal de Medio Ambiente, Lorenzo Donoso y la directora de Fundación Cadisla, Cristina Marín.
Según ha explicado López, la idea inicial era convertir la parcela, “para la que aún no habíamos encontrado utilidad y que era un lienzo en blanco para hacer lo que quisiéramos”, en una zona verde que se sumase a las ya existentes en la localidad. De ahí surgió, ha apuntado, la oportunidad de trabajar con Fundación Cadisla “en lo que sabemos que hace muy bien con sus capacidades y habilidades, como es conservar y mantener zonas verdes o trabajar con la madera y la señalética”. Fue la propia Fundación, ha incidido, quien ofreció al Ayuntamiento la oportunidad de trabajar en una iniciativa que fuera útil para el pueblo de Tomelloso, a través de un Plan de Empleo de la Junta de Comunidades.
De esa colaboración surgió la idea de crear una zona verde en la parcela, donde los primeros trabajos desvelaron la existencia de zonas empedradas bajo la tierra, que acabó constatando la existencia de eras que ocupaban la práctica totalidad de la parcela. Algo que “entendimos que tenía mucho valor y que había que conservar”, ha señalado el concejal, por su importancia en la economía y las tradiciones locales. Y es que, ha apuntado José Ángel López, a pesar de la importancia que hoy tienen la viña y el vino en la agricultura y la economía local, lo cierto es que, en sus orígenes, Tomelloso estuvo vinculado al sector cerealista en el que las eras tenían gran importancia para labores como la separación del grano de la paja. Fue a partir de 1800 cuando la transformación agropecuaria, industrial y económica supuso la transformación de los campos de Tomelloso de cereal a vid.
Así, ha explicado el concejal, surgió la idea de recuperar la era “y poder tenerla para uso y disfrute de todos los vecinos y de todos aquellos que vengan a visitar Tomelloso y quieran conocer parte de su historia y sus tradiciones”. Algo que hasta el momento, ha incidido, no había sucedido.
A partir de ahora, cuando un turista llegue a Tomelloso, en la oficina de Turismo, “además de hablarles de nuestras bodegas, de lo buenos que somos haciendo vino y de la mayor cooperativa del mundo, ubicada en la ciudad, también se les podrá mostrar lo que era una era y la importancia que tuvieron, sobre el terreno, con paneles explicativos. “Ya no es necesario hacerlo a través de una ficción, se puede visitar y ver cómo era y como se trabajaba en ella”.
Será además un recurso más para utilizar en la Agenda 21 escolar para que también los más jóvenes puedan conocer esa parte de la historia y la economía de Tomelloso que tienen que ver también mucho, ha indicado López, “con nuestras tradiciones”.
El concejal ha destacado el trabajo “casi arqueológico” realizado por Fundación Cadisla para la recuperación de la era, “porque ha sido necesario utilizar cepillo, pala y paleta para sacar tierra y descubrir el empedrado sin dañarlo”. Una labor en la que han trabajado cinco usuarios de la Fundación, a través del Plan de Empleo de la Junta.
Para embellecer el espacio se han colocado además algunos elementos como merenderos, papeleras y señalización con explicaciones sobre lo que es y para qué servía una era, además de árboles, configurando el espacio como una zona verde “muy diferente a las que tenemos en el resto de Tomelloso”, que tiene además, ha añadido López, “una utilidad interpretativa y didáctica que puede servir como recurso turístico, para explicar la importancia de este tipo de lugares de trabajo”.
También la directora de Fundación Cadisla ha destacado la importancia de la recuperación de este espacio que, asegura, “es aún un conato” de lo que puede ser un proyecto integral más amplio, con nuevas actuaciones en el futuro.
Cristina Marín ha destacado también el carácter social de esta intervención urbanística, que ha sido realizada por personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental grave crónica y que, además, permite descubrir a la sociedad un espacio hasta ahora oculto. Se ha mostrado por ello muy orgullosa del trabajo realizado para sacar este proyecto a la luz. “Con ello queremos decir que Fundación Cadisla está aquí y que sabemos trabajar para mantener espacios naturales públicos y, como labor fundamental, para dar trabajo a personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental”, ha señalado Marín.
La directora de Cadisla ha hecho un llamamiento a la población, para que respete este espacio con el objetivo de que todo el mundo que lo desee pueda disfrutarlo y ha dado las gracias al Ayuntamiento por la oportunidad que ha dado a la fundación de trabajar en este proyecto.