Coincidiendo con la festividad de todos los Santos, algunos puestos ambulantes de castañas, y demás frutos secos, se instalaron en el centro de la Plaza, acompañados por churrerías que daban algo más de empaque a un evento que se va perdiendo con el paso de los años. Cada vez se «estila» menos ir a por el «puñao».
Una imagen del punto neurálgico de nuestra ciudad, con el humo, al fondo, de las castañas asadas y los churros, que ya van apeteciendo, todavía más, con estas temperaturas más frescas.
Destaca, en la noche, la iluminación blanca de nuestra casa consistorial y los chorros de las nuevas fuentes, haciendo que sea apetecible fotografiar, aún dejándote las manos heladas.