El Hayedo de Tejera Negra en Guadalajara ha conseguido que, tras su declaración en verano de 2017 como Patrimonio Mundial de la Unesco, sus visitas dejen de ser tan estacionales y hayan pasado de centrarse fundamentalmente en la temporada otoñal a repartirse más a lo largo de todas las estaciones del año.
De enero a septiembre, este espacio natural protegido ha alcanzado más de 10.000 visitantes, pero si bien los aficionados al campo y turistas medioambientales interesados se distribuyen más a lo largo del año. Tenorio prevé que las visitas se doblen en otoño y que de aquí a final de año se superen fácilmente los 25.000 visitantes.
Para el titular provincial de Desarrollo Sostenible, el hecho de que se haya conseguido una afluencia mayor de visitantes a lo largo de todas las estaciones es también «muy importante» para la zona ya que supone «un empuje» para la economía y los negocios.
Pese a la sequía, las lluvias registradas en septiembre han conseguido también mantener en el hayedo el característico cambio de colores de las hojas de sus árboles y que este se prolongue más en el tiempo, pudiéndose apreciar muy bien las distintas tonalidades, ha afirmado el delegado de Desarrollo Sostenible.
«El parque está precioso en este momento, con cambios muy característicos y nada bruscos; es muy buen momento para visitarlo», ha subrayado, reconociendo que va a mantener esta belleza durante dos meses, cosa que no hubiera sido posible si la sequía se hubiese prolongado hasta septiembre en la comarca, lo que hubiera supuesto una caída más rápida de la hoja, ha precisado.
«A TOPE DE TURISTAS»
«El parque está a tope de turistas y visitantes», ha aseverado el delegado, muy satisfecho de la excelente acogida y por el hecho de que el bosque mantenga su particular atractivo, asentándose como uno de los parajes singulares más visitados no solo de la provincia sino de la región, sobre todo en esta época», ha declarado.
Como en años anteriores, dado el elevado número de turistas que se acercan a verlo, desde la Junta se recomienda que las personas interesadas se registren a través de la web con el fin de controlar mejor su presencia y fundamentalmente el aparcamiento de vehículos en la zona.
Para realizar la ruta más larga, de diecisiete kilómetros, no es necesario realizar reservas previa, pero si para hacer la corta, y es que hay una zona para ubicar el vehículo que puede verse superada fácilmente en fines de semana.
Por lo que se refiere al perfil, siguen primando los madrileños y castellanomanchegos, por este orden, según datos del Centro de Interpretación, espacio que la Junta quiere mejorar y ampliar, e incluso se baraja la posibilidad de estudiar una nueva ubicación.
«Es una de nuestras prioridades», ha indicado también Tenorio, quien ha avanzado que de momento se estudia qué será mejor teniendo en cuenta que la propuesta del Ayuntamiento se decanta más en que el centro se ubique en el propio término de Cantalojas; sin embargo, es algo que aún no está cerrado.