La pérdida del cónyuge causa un 25 por ciento más probabilidades de sufrir depresión frente a aquellos que permanecen en pareja, según ha concluido el estudio ‘¿Enviudar perjudica seriamente el bienestar y la salud?’, un análisis longitudinal en el contexto europeo desarrollado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
El objetivo del estudio, presentado en las XXXIX Jornadas de Economía de la Salud (AES) que han tenido lugar en Albacete, consistía en analiza el efecto de enviudar sobre la salud y la demanda de cuidados en Europa, comprobando la duración del efecto y diferenciado en función del sexo y la localización geográfica.
Así, ha puesto de relieve que quienes enviudan tienen entre 8,3 y 10,8 puntos más de probabilidad de recibir cuidados profesionales y son más propensos a recibir cuidados informales fuera del hogar. Asimismo, tienen una menor probabilidad de recibir estos cuidados por un familiar que viva en el mismo hogar. De este modo, se estima que 5 años después de haber enviudado tiene lugar un efecto de adaptación de los individuos sobre su estado de salud.
Además, se ha podido observar que enviudar tiene peores efectos sobre la salud en aquellos individuos que residen en los países del sur de Europa. En el caso de los países del norte, el principal efecto de la viudedad se da en la probabilidad de recibir cuidados informales desde fuera del hogar.
En cuanto a las diferenciaciones por sexo, los hombres muestran que quedarse viudo tiene un mayor impacto en el bienestar individual y en la recepción de cuidados formales. Por su parte, en las mujeres se da un mayor impacto en el bienestar individual e incrementa la probabilidad de sufrir depresión y recibir cuidados informales desde fuera del hogar.
Por último, ha concluido que la viudedad supone una modificación en la estructura familiar, ya que el superviviente tiende a ser más dependiente de sus hijos y requiere un mayor gasto en atención sanitaria.