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Callado afirma que el Estatuto de las Mujeres Rurales quiere romper con el «techo de cristal»

Más concretamente, el que existe en las cooperativas de la Comunidad Autónoma

La entrada en vigor del Estatuto de las Mujeres Rurales de Castilla-La Mancha, que está previsto que se debata y apruebe en las Cortes regionales a mediados del próximo mes de noviembre, contribuirá a romper el techo de cristal en las cooperativas de la Comunidad Autónoma.

Así lo ha puesto de manifiesto este jueves la directora del Instituto de la Mujer, Pilar Callado, durante el I Foro de Mujeres Cooperativistas de Castilla-La Mancha que ha organizado en Almagro (Ciudad Real) Cooperativas Agro-alimentarias con el objetivo de visibilizar el papel que desempeñan las mujeres en este sector así como para reflexionar sobre los avances y los retos de futuro.

Durante su intervención, ha puesto el acento en el papel fundamental que las cooperativas tienen en una región eminentemente rural como Castilla-La Mancha, donde de sus 919 municipios 843 tienen menos de 5.000 habitantes, como agentes dinamizadores de la economía y pilar fundamental en el reto común de las administraciones de fijar población, por lo que ha considerado imprescindible que estén coaligadas con el Gobierno regional en el desarrollo de factores estratégicos para crear un desarrollo sostenible y positivo para las mujeres del medio rural y para el propio medio rural.

«Y en ese camino, el Gobierno de Emiliano García-Page ha apostado como herramienta indispensable por el Estatuto de las Mujeres Rurales, en el que, con rango de Ley, responde al compromiso de dar visibilidad a las mujeres en el medio rural», ha dicho la directora del Instituto de la Mujer, ha informado la Junta en un comunicado.

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Entre las medidas que incluye el texto para corregir la discriminación múltiple de las mujeres rurales se encuentran la visibilización de las mujeres en los puestos de dirección ya que, las organizaciones agrarias, empresariales, sindicales o cooperativas que accedan a las ayudas públicas, deberán garantizar que al menos el 40 por ciento de sus órganos de dirección sean mujeres.

Además, las empresas particulares y cooperativas que quieran acceder a ayudas deberán tener en los órganos de dirección un porcentaje de mujeres igual o superior al que éstas tengan en la masa social o accionarial de la empresa. También, aquellas empresas que tengan en marcha un plan de igualdad, o en las que más del 50 por ciento de los miembros de los consejos de dirección o los consejos rectores sean mujeres, tendrán prioridad en todas las ayudas.

ESPACIO DE REFLEXIÓN

Por otra parte, ha informado Callado, se priorizarán los proyectos de titularidad compartida de las explotaciones agrarias, que han pasado de 28 en junio de 2015 a 177 en octubre de este año; y se fomentará la afiliación de las mujeres agricultoras y ganaderas a la Seguridad Social mediante ayudas y subvenciones destinadas al abono de las cuotas a la Seguridad Social en el régimen que corresponda a su actividad agraria.

Pilar Callado ha subrayado la importancia de que este año se celebre por primera vez un foro que sirva como un importante espacio para la reflexión del papel de las mujeres en las cooperativas y de las propias cooperativas en sí, «que deberían ser conscientes de que una presencia creciente de las mujeres es un factor con una fuerte incidencia en la competitividad, en la capacidad de innovación de las organizaciones y en el desarrollo rural».

Finalmente, la directora del Instituto de la Mujer ha querido poner en valor que esta organización cuente con una Comisión de Igualdad «que trabaja intensamente por conseguir ese avance que todos buscamos hacia la igualdad en el día a día pero también haciéndonos reflexionar a las administraciones sobre las políticas más adecuadas y la necesidad del trabajo conjunto».

De su lado, el presidente de la Diputación, José Manuel Caballero, ha destacado que el reto no es otro que incorporar a las mujeres a puestos directivos en empresas y cooperativas. Ha sentenciado que el tiempo que se tarde en lograrlo se traducirá en pérdida de eficacia y rentabilidad, por lo que se ha mostrado partidario de que las administraciones se vayan planteando si ha llegado el momento de estudiar el encaje legal para condicionar la concesión de ayudas a la presencia relevante de mujeres en los órganos de dirección de asociaciones sindicales, empresariales y sociales.

Durante su intervención, Caballero ha incidido también en este extremo diciendo que las mujeres son «una referencia de solvencia» antes de poner de manifiesto que su empoderamiento en todos los ámbitos no llega de manera natural, sino que hay que trabajarlo a diario, provocarlo y alquilatar los logros.

Ha añadido que en esa difícil tarea de apartar a hombres para dar paso a mujeres la viene abordando tanto a nivel político, dentro del partido al que representa, como en el plano institucional, como presidente de la Diputación. Caballero cree que en el ámbito empresarial y cooperativo también es necesario abordar la incorporación de la mujer a los órganos de dirección como agentes de gran inteligencia que tienen mucho que aportar, no sólo porque sea una cuestión de justicia social.

El presidente de la Diputación ha elogiado, por otro lado, al movimiento cooperativo, porque su esfuerzo de movilización y transformación «nada tiene que ver respecto a lo que fue en el pasado». «Lo han hecho muy bien y el proceso no siempre resulta sencillo».

Entre las cooperativas de la provincia ha hecho especial mención a las que operan en el sector agroalimentario diciendo que constituyen un instrumento muy eficaz del que nos tenemos que sentir muy orgullosos, porque están vinculadas al territorio y a nuestro mundo rural, ya que operan con productos que no se pueden deslocalizar, muchos de ellos singulares que nos hacen diferentes al resto tanto dentro como fuera de las fronteras, ha informado la Institución en un comunicado.

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