El número de nuevas sociedades mercantiles en Castilla-La Mancha aumentó un 8,4% en 2018, hasta las 2.837; mientras que su disolución creció un 61,4% el pasado año, hasta alcanzar las 602 sociedades mercantiles disueltas, según los datos difundidos este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Para la constitución de las 2.837 empresas creadas en 2018 en la región se suscribió un capital de 157.700 millones de euros, mientras que el capital desembolsado fue 157.610 millones euros.
El número de sociedades constituidas analizando sólo diciembre ascienden a 201 en Castilla-La Mancha, lo que supone un descenso del 2,4 respecto al mismo mes un año antes; y las sociedades disueltas han sido 47, un 6 por ciento menos.
En el conjunto de 2018, dentro de las nuevas sociedades mercantiles creadas, la forma jurídica predominante ha sido la de sociedad limitada, con 2.831 sociedades, mientras que seis han sido sociedades anónimas.
Por último, en todo el año 871 sociedades mercantiles han ampliado capital, con un capital suscrito que superó los 247 millones de euros; mientras que el número de sociedades que desembolsaron dividendos pasivos fue de 8 sociedades, por 100.461 millones.
EN EL CONJUNTO DEL PAÍS
A nivel nacional, el número de nuevas sociedades mercantiles creció un 0,8% en 2018 respecto al año anterior, hasta sumar 95.153 empresas. De esta forma, retomó la senda del crecimiento en 2018 tras anotarse un descenso anual del 6,6% en 2017 que puso fin a una racha de siete años consecutivos de incrementos tras los avances logrados en 2016 (+6,8%), 2015 (+0,5%), 2014 (+0,8%), 2013 (+7,2%), 2012 (+2,8%), 2011 (+6%) y 2010 (+2,3%).
Para la constitución de las 95.153 empresas creadas en 2018 se suscribieron más de 5.200 millones de euros, lo que supone un descenso del 1,2% respecto a 2017, mientras que el capital medio suscrito, que se situó en 54.656 euros, retrocedió un 2% en tasa anual.
En 2018 se disolvieron 22.336 sociedades mercantiles, un 3,5% más que en el año anterior. Es el tercer crecimiento anual que se registra en las disoluciones empresariales tras dos años de retrocesos. La mayor parte de la desaparición de estas empresas fue voluntaria.
